El concurso público para la confección de las telas oficiales de las falleras mayores y cortes de honor 2022 dio un giro en la jornada de ayer cuando, tras quedar desierta la licitación, se formalizaron los contratos de adjudicación a dedo que, finalmente, supondrán un montante similar al precio estimado en el concurso (en el caso de las infantiles) y dos mil euros por debajo (en el caso de las mayores).

En concreto, las telas de las mayores correrán a cargo de Bartual, una firma conocida en el mundo de la indumentaria, pero ajena al concurso de telas oficiales de la JCF desde hacía años. Hará todas las piezas por 8.499 euros más IVA.

Las infantiles las hará nuevamente Compañía Valenciana de la Seda exactamente por el precio estimado: 10.850 euros más Iva.

Un 45 por ciento más de dotación

Previamente, estos lotes habían salido a la licitación sin que, una vez finalizado el plazo, se hubiese presentado ninguna empresa. Uno de los argumentos esgrimidos ha sido la escasa dotación que, tradicionalmente, tiene el concurso -lo normal es ofertar por debajo del precio-. A pesar de que, en el presente ejercicio, había subido sobre un 45 por ciento (de 7.500 euros a 10.850), la dotación económica es una reivindicación habitual y prueba de ello, por ejemplo, es que una empresa tan de prestigio como Vives y Marí lleva ya dos años sin concurrir.

Pero fuentes municipales aseguraban que, más allá de las condiciones económicas, la licitación no se había materializado por otras causas, como la configuración de lotes o el tipo de diseños o géneros.

Ahora se ha tenido que llevar a cabo una adjudicación directa. Compañía Valenciana de la Seda hará las telas infantiles sin rebajar el precio estimado y Bartual aparece por un precio dos mil euros inferior. Para llevar a cabo la adjudicación también se invitó a otras dos empresas, que finalmente no presentaron ofertas.

Hace dos años, Entretelares y Compañía Valenciana de la Seda tuvieron que pujar por debajo de esos 7.500 euros para recibir los encargos. De hecho, se les adjudicaron por 6.895 y 7.417, respectivamente.

Este proceso ha retrasado la confirmación de estos proveedores, pero en principio no hay temor de que los trajes, aún con su dosis de apremio, no estén completos en la fecha prevista. El primero de los trajes, el «Siglo XVIII», debe estar en el último tercio del año. A falta de confirmación, todo parece indicar que serán 1700 y La Joia los reponsables.

También falta por confirmar el resto de indumentaristas, los que surten de peinetas, cancanes, medias, zapatos, posticería, etcétera. Hace dos años se dieron a conocer el 24 de septiembre y, a día de hoy, aún no están confirmados.

Un debate de años

El hecho de que la licitación quedara desierta, o que una de las grandes sederías no entre en el concurso reabre el debate sobre el dinero invertido en la indumentaria oficial, a pesar incluso del aumento de este año, puesto que la dinámica se arrastra desde hace muchos años.

Se abonan las telas, las manteletas y la confección (que sí que se han adjudicado por licitación). También se paga la restauración de los aderezos oficiales. Pero, a partir de ahí, el resto de elementos (cancanes, zapatos, peinetas, posticería...) se ofrece la posibilidad a la baja. Tanto, que parte de los elementos son gratuitos. Las empresas proveedoras obtienen, en todo caso, la publicidad que supone vestir a las embajadoras de la fiesta y lo que puedan obtener de venderle a todas ellas esos elementos a un precio de saldo al acabar el ejercicio, si se lo quieren quedar como recuerdo. En cualquier caso, una fórmula más que revisable cuando cualquier otro suministro profesional de la Junta Central Fallera -desde una pista de pádel a la escenografía de la Fonteta- se abona religiosamente.