La remodelación de la plaza de Obispo Amigó está planteando un conflicto colateral: la ubicación de la falla del mismo nombre y el cercenamiento de la zona de actividades. Esta es la consecuencia de la inspección visual del nuevo entorno. Al ganarse espacio para aceras y carril bici, los falleros aseguran que la falla desborda los nuevos límites, lo que pone en serios problemas la ubicación del monumento, habitualmente de gran tamaño.

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Remodelación de la plaza Obispo Amigó Moisés Domínguez

En concreto, uno de los problemas es la aparición de nuevos bordillos que delimitan la vía para ciclistas, y que acorta sensiblemente el espacio disponible, salvo que éste fuera retirado mediante obra -no son bolardos móviles- y reconstruido cada año, una situacion que se antoja harto extraña.

La portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, ha pedido al alcalde Joan Ribó (tras una visita también con vecinos y hosteleros) que cuando se vaya a realizar una obra en un barrio de Valencia se hable con los vecinos y las entidades que se pueden ver afectadas directamente para planificar la misma y “se tengan en cuenta todas las actividades que se realizan a lo largo del año en un lugar para no perjudicarlas”.

Vista aérea del entorno antes de la remodelación, con la falla plantada y la"mascletà" montada.

“Las obras que se han hecho unilateralmente van a obligar a cambiar la zona de la plantà de la Falla Obispo Amigó y que ha sido la misma desde 1929. El equipo de gobierno no ha contado con este gran arraigo y ahora ve afectada su zona habitual de actividades, la zona de la plantà y de fuegos. Y todo sin consensuarlo ni hablarlo con los afectados, ni buscar soluciones. Ignorándolos" ha asegurado la líder de la oposición municipal.

Vista general de una falla de Obispo Amigó a pie de calle

La plaza está formada tradicionalmente por un espacio central con la estatua de Luis Amigó y una fuente. A su alrededor, un deambulatorio es el espacio para la falla y la zona de fuegos (son famosas sus "mascletaes") y actividades. Ahora, los límites se la calzada se han acortado con la incorporación de acera y carril bici, dejando un espacio que, según han expresado los falleros, no es suficiente para el desarrollo de la actividad.

Por otro lado, los hosteleros han mostrado su preocupación por la reordenación de los semáforos que afecta a los pasos de cebra y que, por normativa, podrían correr en riesgo 3 de las 4 terrazas que existen. “Es un galimatías que va a afectar a la actividad comercial y cultural” ha afirmado María José Catalá.