Solo 17 mujeres entre los más de 200 artistas falleros

Su trabajo se centra casi exclusivamente en fallas infantiles y aunque aseguran que las cosas están cambiando, en más de una ocasión han tenido que soportar el micromachismo

Solo 17 mujeres entre los  más de 200 artistas falleros |  J.M. LÓPEZ

Solo 17 mujeres entre los más de 200 artistas falleros | J.M. LÓPEZ / saray fajardo. valència

Saray Fajardo

Saray Fajardo

La sociedad trabaja día a día para conseguir una igualdad real y efectiva en todas las esferas. Las diferencias entre hombres y mujeres quedan reflejadas en muchos ámbitos, sobre todo dentro del mundo laboral. Por eso, el sector de las Fallas no está exento de esta lucha.

En 2023, las artistas falleras todavía representan una minoría dentro del sector. En este sentido, actualmente, solo 17 mujeres forman parte del Gremio Artesano de Artistas Falleros. El colectivo está formado por 202 agremiados, de los cuales solo el 8% son mujeres. A pesar de ello, las cifras reflejan un pequeño incremento respecto al pasado 2021, cuando solo había 11 agremiadas, es decir, el 5% del sector.

Entre ellas se encuentran Marisa Falcó, Carmen Guaita, Inmaculada Ibáñez, María Teresa Meliá, Marina Puche, Lola Climent, Elena Esteban, Nieves Fernández, Eva Gimeno, Ángela Grau, las hermanas María José Luna y María Pilar Luna, Inmaculada López, Marta Póvez, Georgina Torres, Miriam García y Teodora Chichanova.

Muchas de ellas ya habían formado parte de este oficio desde bien pequeñas, ya que sus padres también han sido artistas falleros. No es el caso de la joven Marta Póvez. Nacida en Barcelona, Póvez se trasladó a Burriana en 2015 para realizar el ciclo formativo de Artista Fallero y Construcción de Escenografías. «Estudié diseño gráfico y me di cuenta de que necesitaba más conocimiento sobre el mundo de la escenografía. Descubrí el ciclo y me trasladé a la Comunitat Valenciana», explica la joven a Levante-EMV. Ella nunca había visto una falla. Sin embargo, y a pesar de su juventud, su nombre ya suena en algunas fallas infantiles de Patraix y Benicarló. Reconoce que el camino no ha sido nada fácil, ya que no ha tenido ninguna referencia femenina. «En el ciclo solo nombraban a hombres. Nuestra única referencia fue la artista Eva María Cuerva», lamenta.

Además, ella ha vivido en su propia piel algunos micromachismos. «Muchas veces he escuchado que para ser mujer no se me daba mal o, en algunos talleres, cuando cogía una herramienta, los hombres se ofrecían a hacer ellos el trabajo», denuncia. Reivindica: «Soy igual de válida que ellos». Póvez reconoce que cada vez hay más mujeres en el sector. A pesar de ello, destaca que la mayoría de artistas se dedican a fallas infantiles. «Siempre hemos tenido la visión de que una falla infantil es más fácil de hacer. Es un trabajo más pulcro», explica. En su caso, se le ha planteado la oportunidad de realizar alguna falla grande, pero se ha negado. «Me gusta transmitir conocimientos a los más pequeños, aunque no descarto hacer alguna grande solo por quitarme el gusanillo y vivir esa experiencia», explica.

Minoría en el ciclo formativo

Miriam García es otra de las mujeres más jóvenes del sector. Ella se licenció en Magisterio, aunque siempre ha sido una amante de las Bellas Artes, por lo que decidió realizar el ciclo formativo. Durante su promoción solo había 7 mujeres de los 25 estudiantes. Con 32 años, ya ha plantado fallas infantiles en València, Alzira, Tavernes de la Valldigna o Catarroja. Reconoce que la situación está cambiando, aunque todavía se relaciona al artista fallero con un hombre. «Fui a la presentación de bocetos con mi pareja y creían que él era el artista», recuerda.

A diferencia de Miriam García y Marta Póvez, la artista Carmen Guaita lleva casi 40 años dentro de este mundo. Junto a su hermana, se dedica a realizar fallas y carrozas. En su caso, el taller fue una herencia de su padre Salvador Guaita. Reconoce que la profesión ha cambiado en estos años. «Ahora hay muchas mujeres agremiadas. Antes muchas trabajaban bajo el nombre y la firma de sus maridos, aunque la mujer siempre ha estado en los talleres», explica. Añade: «Hoy en día una mujer ya tiene entidad propia para poder firmar y las comisiones confían en ella, aunque aún hay casos en los que no es así». Ella también ha vivido alguna situación machista. «Entraban al taller y me preguntaban: ‘Nena, está tu jefe’. Me lo tomaba a risa y me encantaba ver sus caras cuando les decía que la jefa era yo», explica entre risas.

Fallas infantiles

Las tres artistas reconocen que la mayoría de mujeres se dedican a hacer fallas infantiles. «Una falla infantil es más cómoda, mientras que en una falla grande se necesita el apoyo de muchos colaboradores, por lo que no se puede emprender en solitario», explica Carmen Guaita. Sin embargo, la situación está cambiando. Marina Puche es un claro ejemplo. Se ha convertido en la primera mujer en la historia que, junto al artista Manolo García, diseñe la falla grande del Ayuntamiento de València.

Todas ellas son un referente para las futuras generaciones. En el caso de Marta Póvez, algunas jóvenes del ciclo formativo ya se han puesto en contacto para realizar las prácticas en su taller. «A una mujer le diría que no tenga miedo porque en el sector de las Fallas ya empiezan a estar bien valoradas», concluye Póvez.