La Crida cambiará el espectáculo previo y controlará el acceso de bebida para evitar los incidentes del botellón

El festejo del 25 de febrero adoptará nuevas medidas para tratar de reconvertirlo a un acto más "tranquilo"

Ambiente de la Crida durante las horas previas a los discursos

Ambiente de la Crida durante las horas previas a los discursos / Fernando Bustamante

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

La celebración de la Crida se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza en la organización del programa de festejos de las Fallas y en la edición de 2024 se van a adoptar medidas que traten de paliar su gran problema: el consumo indiscriminado de alcohol entre los asistentes, y que ha acabado por convertir el acto en una mezcla entre la fiesta y el botellón. Algo que preocupa al Ayuntamiento, a la Junta Central Fallera e incluso a los propios falleros, en el que se considera mayor ejercicio de autocrítica que pronuncian los propios hacedores de la fiesta: la excesiva presencia de actitudes inadecuadas en el festejo.

La primera medida adoptada es la de suprimir el espectáculo musical premio. El próximo 25 de marzo tan sólo habrá una ambientación musical previa, pero no la fórmula de un concierto de música electrónica.

Desde la Federación de Ocio y Turismo han querido señalar, en todo caso, que no se trata de una cuestión general del oficio de DJ y que hay alternativas que llamen menos a determinado tipo de público. Pero que también el control de la existencia de alcohol es un factor necesario para que la fiesta se desarrolle sin incidentes. Lo que está claro es que, más allá del repertorio, que también, -se cambiará por "ambientación musical"- no menos básico será interceptar el alcohol, sea de falleros o de no falleros.

El peligro de los ajenos a la fiesta

El análisis realizado de lo visto en los últimos años señala que ese es uno de los grandes problemas de la Crida: la presencia en el mismo de personas que son ajenas al festejo fallero y que acuden atraídos por la convocatoria de determinado tipo de música. Son personas que forman parte de una comunidad y que son de los primeros en llegar. A la hora de la verdad, la Crida como tal no les interesa y ya el año pasado se produjeron los incidentes más sonados, con la agresión que sufrieron los falleros de la Nova d'Orriols, que fueron a asentarse donde habían ido a ponerse estos grupos que, según relato propio, habían literalmente ocupado una parte del recinto de espectadores.

Nuevos contenidos

La Crida ha ido enriqueciéndose de contenidos puesto que, antaño, la gente esperaba sin más al inicio del discurso y la única amenidad suplementaria era el castillo. Así, al discurso propiamente dicho se le unió el diseño de un espectáculo previo con música y proyecciones de mapping en las propias torres. Pero en las anteriores legislaturas se le acompañó de un concierto para evitar el aburrimiento y para anteder a un público que, en este caso, es bastante joven (la gente se concentra hasta cuatro horas antes), pero que ha acabado por ser atendido por amantes de una música electrónica muy determinada.

Responsabilidad también en las comisiones

La presencia de incontrolados haciendo botellón no exime de la responsabilidad en la conducta de las propias comisiones de falla. Raro es el año, desde hace tiempo, que no hay, después de fallas, voces que desde la propia asamblea afean la conducta de los miembros de las comisiones por introducir e ingerir también ingentes cantidades de alcohol, que incluso transportan en carritos de compra. Esa será la segunda parte del plan de actuación, que dependerá en gran medida de lo que dictamine la Policía Local en cuanto a viabiliad. Desde que era candidato, el concejal Santiago Ballester expresó que, más allá de los "no falleros", no quería que el festejo se le escapara de las manos a los propios miembros de las comisiones.

Las imágenes ofrecidas en redes sociales, del suelo del "recinto fallero" lleno de plásticos, vasos y botellas, demostró que en las filas fallera también se ha desvirtuado el festejo.

Por todo ello, el ayuntamiento todavía está diseñando el plan de actuación, que será la segunda parte del operativo que permita garantizar tanto la presencia de los falleros en los mejores lugares de la plaza como la no introducción de alcohol.