Granos de solidaridad en Nou Campanar

 La Falla Rafael Alberti-Serra Calderona organiza una paella fallera para 1.000 personas, cuya recaudación será donada a las víctimas del edificio incendiado

La asociación Valientes anuncia una serie de conciertos también solidarios con Francisco, de momento, como único cantante en agenda

Las propietarios del edificio ya han seleccionado la empresa que les hará la prueba pericial

Claudio Moreno

Claudio Moreno

El viento azotaba los toldos y hacía crujir la estructura del edificio. Una finca fantasma al otro extremo de Poeta Rafael Alberti. Una mala sombra. A este lado de la calle, en un solar esquinero con Serra Calderona, la nueva comisión de Nou Campanar organizaba una paella solidaria para mil personas a 8 euros la ración con bebida, cuya recaudación irá destinada íntegramente a las víctimas del edificio incendiado el jueves 22 de febrero.

A falta de saber la cuenta total, en la falla esperaban acercarse a los 8.000 euros de beneficios. Porque la convocatoria no ha llegado a abarrotar la carpa a las 14 horas pero antes se habían vendido tickets de fila cero, es decir, gente que paga su plato por pura generosidad sin acudir a la comilona. 

Paella solidaria en Campanar

Paella solidaria en Campanar / Francisco Calabuig.

El presidente de la Falla Rafael Alberti-Serra Calderona es Vicente Montañez, exedil de Vox. La comisión que encabeza decidió sacar adelante esta iniciativa solidaria porque el edificio calcinado recae en su demarcación. Sin demasiado músculo, son solo 90 falleros, la voluntad de ayudar les ha acompañado en las últimas dos semanas.

«Desde el minuto cero llamamos a los presidentes de otras comisiones de Campanar e hicimos un crowdfunding y una recolecta junto a Valientes. Con el dinero de la paella buscaremos la manera de hacérselo llegar a todas las personas afectadas, no solo a los propietarios», explicaba Montañez durante el reparto de arroz, interrumpido un momento a causa de un inoportuno aguacero.

Una serie de conciertos solidarios

El ritual de la paella congregó a falleros, víctimas del incendio, vecinos de Campanar y amigos de todos ellos. Allí estaba Amalia Correcher, una de las directoras de la asociación Valientes. Ella vivió cinco años en el edificio incendiado y el 1 de abril iba a mudarse otra vez a él. Muchos días después de ver truncados sus planes, sigue sorprendida con la solidaridad del barrio.

Paella solidaria en Campanar

Paella solidaria en Campanar / Francisco Calabuig.

«Esto es increíble. Después de cubrir las necesidades básicas los afectados necesitan seguir recaudando fondos para recuperar sus vidas. Por eso también queremos hacer conciertos solidarios durante todo el año. El primero que se ha ofrecido es Francisco, pero su representante lleva a más artistas y estamos barajando hacer una serie de eventos», adelantaba Correcher. 

Cansadas del "turismo gore"

La responsable de Valientes y el resto de vecinos del barrio tratan de convivir con el edificio calcinado desde la normalidad, pero lo cierto es que la herida sigue abierta. Amparo, panadera del Forn de Manuela, se mueve dando rodeos para no toparse con la finca. "Cada vez que la veo me pongo a llorar". La fallera mayor Mar Montañez explica que los niños aún tienen miedo porque muchos de ellos vieron las llamas en pleno apogeo. Y Amalia Correcher añade que la verdadera valentía es adaptarse a las cosas tal como vienen dadas. "Tener ahí de fondo no es tan agridulce. Lo que de verdad es agridulce es que lleguen a diario autobuses llenos de turistas. Vengo a ver el edificio incendiado, te dicen, y a mi se me parte el alma. A quienes tenemos que enfrentarnos diariamente con ese esqueleto nos da mucha pena el turismo gore", confiesa la responsable de Valientes.

La pericial independiente, más cerca

Los afectados por el incendio prefirieron mantenerse al margen de los medios. Han contado su historia una y otra vez; hay cierto agotamiento. Finalmente, una residente accedió a contar que los propietarios ya han seleccionado a la empresa encargada de la prueba pericial independiente para valorar si se reconstruye o no el edificio.

«Esta lucha no tiene que olvidarse en tres meses. La paella es agridulce porque se ve el edificio de fondo, pero toda piedra hace pared. Ahora necesitamos que se nos escuche y que, del mismo modo que Mapfre ha pagado indemnizaciones, los bancos hagan lo propio. Seis meses de carencia de la hipoteca no nos ayuda en nada. Es un nolotil para aliviar temporalmente el dolor. Poco más», decía una vecina que lo perdió todo en el edificio.

Una falla recién nacida

La Falla Rafael Alberti-Serra Calderona solo tiene 15 meses de vida. Se refundó después de que Vicente Montañez, presidente de la comisión, entrara en conflicto con la anterior directiva, que ya no forma parte de la Nueva de Campanar. Montañez explica a este periódico que decidió sumarse al proyecto porque su hija Mar de 20 años fue designada fallera mayor y él quería «saber adónde va el fortunón que cuesta una fallera mayor». Pese a ser su presidente, Montañez es el único no residente en Nou Campanar. El resto de la falla está compuesta por familias jóvenes con niños, como el barrio.