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Alboraia traslada a la Generalitat la denuncia por la dálmata envenenada

El alcalde admite que aunque la parcela donde estaba el tóxico es de Costas hay que sancionar porque no se dio la autorización municipal para fumigar

Alboraia traslada a la Generalitat la denuncia por la dálmata envenenada

El Ayuntamiento de Alboraia ha decido trasladar a la secretaría autonómica de Medio Ambiente y Cambio Climático la denuncia realizada por registro de entrada en julio por la dueña de Pixie, una dálmata que murió envenenada por imidacloprid tras oler unas jardineras situadas cerca de un camping en una zona próxima al paraje dels Peixets.

El alcalde, Miguel Chavarría, que si bien no hay responsabilidad municipal porque la parcela pertenece a la Autoridad Portuario al estar cercana a la costa, «sí es verdad que se puede fumigar una zona, pero es necesario que lo haga un experto y que éste pida una autorización municipal, y consultados los registros y expedientes no consta en este ayuntamiento petición por parte de la empresa alguna para realizar un tratamiento en dicha parcela».

Ante tal negligencia, el consistorio sí ve que se trata de un acción sancionable y por eso acuerda dar traslado de la denuncia a la secretaría autonómica de medioambiente y cambio climático, «organismo competente para el ejercicio de vigilancia, control y régimen sancionador, comunicándole además que no consta en el ayuntamiento ninguna solicitud de autorización de tratamiento».

Sin respuesta de Conselleria

Este acuerdo ha sido trasladado a la dueña de la dálmata quien agradece el seguimiento realizado, afirma que este registro de entrada que presenté en el Ayuntamiento también lo hice en la Conselleria y sigo sin respuesta» y espera que esto cambie cuando su denuncia llegue por parte del consistorio. «Desgraciadamente ya nada puede devolverle la vida a mi perra. Sólo deseo que el organismo competente se haga cargo del asunto, haga las averiguaciones pertinentes y si se da el caso, emita las sanciones correspondientes», explica la dueña del can, que a su vez también denunció el caso al Seprona, remitiendo los informes veterinarios sobre la autopsia que demuestran que Pixie murió por una elevada dosis en sangre (48 mg/kg) de Imidacloprid, un potente y venenoso insecticida que produce un efecto inmediato y que al parecer estaba presente en las jardineras del entorno de dicho camping.

El envenenamiento de Pixie se une a otras incidencias que se han producido en el entorno del camping situada en una zona calificada en el PGOU de Alboraia como sistema general de espacios libres y que en verdad no debería albergar ninguna construcción porque está dentro del paraje natural dels Peixets. «No entiendo como una parcela cuya titularidad corresponde a la autoridad portuaria, esté ocupada por un camping privado.

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