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Opinión

José Carot: "El incendio cambió nuestras vidas"

El presidente de la Junta de Barrio repasa 25 años de movilizaciones

era agosto de 1994 Y volvíamos de València, cuando vimos una columna de humo cerca de la Canyada. Al principio no identificamos donde era, pero cuando cruzamos las vías del metro, tuvimos la certeza: el incendio estaba aquí, a pocos metros de nuestra casas.

Tras el alivio, de no haber desgracias personales y pocas materiales, vino la tristeza y frustración al ver el desolador paisaje. Ese bosque que fue campo de juego durante nuestra niñez y juventud, estaba irreconocible, el olor a quemado y la desolación nos creó una sensación de impotencia, viendo como muchos de nuestros recuerdos vividos en ese bosque habían desaparecido con las llamas.

Nos dimos cuenta de que, en cuestión de minutos, podríamos perder un bosque que, hasta esa fecha, muchos no habíamos valorado en la medida que correspondía porque parecía que siempre había estado ahí y que siempre estaría.

Esto llevá a la Asociación de Vecinos La Canyada a la creación de la Coordinadora del Bosque. Ya que este bosque no era solo nuestro si no de muchos otros municipios y teníamos que protegerlo todos juntos.

Impulsamos el primer voluntariado de vigilancia del bosque, implicando al ayuntamiento y que ha culminado con las actuales brigadas de policía de vigilancia del bosque.

Se construyó una torre de vigilancia que permitía una cobertura de una parte importante del bosque para detectar rápidamente focos de incendio. Se encontraron hidrantes que hasta ese fecha estaban desaparecidos, perdidos y sin agua.

Pero nos dimos cuenta de que sin una figura de protección, ese bosque podía desaparecer, no solo por la acción del fuego si no por otras causas. Y así comenzó la lucha por una figura de protección de este nuestro bosque, con la solicitud al ayuntamiento de Paraje Natural Municipal.

Pero en 2005, una nueva amenaza surgió con las negociaciones de los Trénor con el conseller Rafael Blasco para la construcción en el bosque de viviendas de lujo. Por suerte se pudo parar, pero en abril de 2006, se produjo la amenaza de un segundo bypass por la Vallesa.

No sabemos si la suerte, las circunstancias o por la presión vecinal, en julio de 2006, en una reunión de la Coordinadora con Esteban González Pons (que sustituto de Blasco en la conselleria), se comprometió en crear una protección mucho más amplia la del «Parc Natural del Túria».

En todo este tiempo, las medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Paterna han sido muchas. Comenzó conlos itinerarios de emergencia, las brigadas y la torre de vigilancia, y continuó con la cámara térmica de vigilancia y sensores repartidos por las zonas que esta no cubre, funcionando las 24 horas. Y cada año, se han ido mejorando. Ahora, el proyecto Guardian con Riba-roja servirá para proteger y prevenir que un incendio se pueda acercar a las casas.

Pero el Parc Natural del Turia, no es de un solo ayuntamiento y, si queremos protegerlo, todos los consistorios tienen que trabajar conjuntamente. El fuego no sabe de términos municipales y es labor de todos protegerlo.

La conselleria y la Confederación Hidrográfica del Júcar tendrían que implicar más medios, y eliminar las cañas que hay a lo largo del río, que han sido la chispa donde se han iniciado la mayoría de los incendios.

Además, hay que exigir a las compañías eléctricas que las líneas de alta tensión que cruzan nuestro bosque, mientras no puedan eliminarse, sean de probada seguridad, algo que desde hace años llevamos reclamando.

Todos los años en agosto la asociación de vecinos organizamos la Volta a Peu a la Canyada, que pasa por la zona afectada por el incendio del 94, con el objetivo de mantener vivo el recuerdo de aquello para que no se repita.

Es hora también de ampliar este parque a otras zonas como les Moles y crear un cinturón verde que rodee Paterna. Si se pudo hace años, se podrá ahora. Solo hace falta otro conseller o consellera, como en su día hizo González Pons, que tome esa decisión y nos lleve por una senda de preservación de los espacios naturales, frente al cemento y el ladrillo y así ayudar a luchar contra el cambio climático.

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