La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) pisa el acelerador para reducir la huella de carbono y construirá en Manises un depósito de cabecera que supondrá un ahorro del 30% en el consumo energético en el bombeo desde la planta potabilizadora La Presa al proyectarlo a cota 75, es decir, a una cota más baja que otras. El presupuesto es de unos ocho millones de euros y la previsión es comenzar las obras a finales de 2023 o principios de 2024.

Así, el depósito se construirá sobre unos terrenos ubicados detrás de las naves del polígono industrial de la Cova, en Manises. La instalación tendrá una capacidad total de 40.000 metros cúbicos y permitirá incrementar la capacidad de almacenamiento del sistema de agua en alta. Esta instalación en concreto aglutinará suministro hídrico para reforzar el abastecimiento en la ciudad de València y parte del área metropolitana, especialmente las zonas próximas a la costa.

Una de las novedades del proyecto reside en que el equipo técnico de la Emshi estima que con este depósito se logrará una reducción del 30% en el consumo de energía eléctrica del bombeo en la estación potabilizadora de La Presa, en Manises, ya que reduce la potencia del bombeo que alimenta a las zonas situadas en las cotas más bajas.

Simulación del proyecto de depósito en Manises

En este sentido, la nueva instalación responderá a criterios de eficiencia energética, no sólo por proyectarlo a cota 75, sino también porque la previsión es instalar placas fotovoltaicas en la cubierta para alimentar la demanda eléctrica de la propia instalación, tal y como se va a hacer en el depósito de igual capacidad en Paterna y en otros dos situados en la misma localidad. De hecho, la Emshi cuenta con diferentes depósitos de agua potable de los cuales el más grande que hay hasta el momento tiene la misma capacidad que el que se va a construir (40.000 m3 de agua) y está situado en Paterna.

Este proyecto es uno de los nueve que la Emshi incluyó en las expresiones de interés asociadas a los fondos de rescate europeos para el rescate de la recuperación económica, ya que se trata de un proyecto que contempla la reducción del consumo energético y, por tanto, la reducción de la emisión de CO2 (huella de carbono).

Detalle de todo el proyecto planeado por la Emshi

Valía: «Hacia la ecología real»

La presidenta de la Emshi, Elisa Valía, explica que tienen «muy claro que el camino hacia el progreso está en una economía descarbonizada que favorezca una transición ecológica real». La concejala de València señala que se trata de un proyecto «muy interesante porque contribuye a disminuir un 30% la demanda energética que se necesita para el bombeo de agua hasta el nuevo depósito de cabecera. Reducimos la demanda energética y, por tanto, reducimos la huella de carbono de nuestra actividad. Además de disminuir la cantidad de CO2 que se libera a la atmósfera, la previsión es que la propia instalación funcione con energía solar, puesto que se instalarán placas fotovoltaicas en la cubierta».

Para la presidenta de la Emshi, a la hora de planificar nuevos proyectos, «es fundamental hacerlo desde el máximo respeto al medio ambiente y buscando su protección, ayudando a frenar el cambio climático y respondiendo a criterios de eficiencia energética. En la Emshi estamos tan convencidos y convencidas de ello que no nos planteamos trabajar de otra forma. Se trata de dar predicar con el ejemplo», concluye Valía.