L'Horta Sud

Torrent vive el Sant Blai más multitudinario tras la pandemia

La celebración de la efeméride llena sus calles hasta los topes con la feria del chocolate artesanal, la degustación de "rossejat" y la "magia" del aceite bendecido

Violeta Peraita

Violeta Peraita

La «rasca» de la mañana vaticinaba la calidez que vendría a continuación cuando el sol comenzaba a tocar los afortunados rincones de la Avenida del Vedat y Ramón y Cajal de Torrent que se iluminaban con unos rayos que, tímidos al principio, se volverían intensos a medio día. Afortunadas se han sentido las centenares de personas (incluso las miles, dirían algunos) que paseaban este viernes por la Fira de Sant Blai de Torrent y han disfrutado, aunque fuera por un momento, del punto iluminado por el sol de invierno torrentino. Estaba todo el mundo.

Las asociaciones, las instituciones, los comercios y, sobre todo, los vecinos y vecinas de Torrent. Si algo ha pasado este viernes por la mañana en la capital de l’Horta Sud es que se ha vivido el Sant Blai más multitudinario tras dos años de parón por la pandemia. 

32 metros de 'gaiatos' solidarios

En la avenida del Vedat, la Asociación de Discapacitados de Torrent (Adisto) ha instalado una parade en la que, por segundo año (sin contar el parón de la pandemia), ha juntado 32 metros de 'gaiatos', dulces y salados, que habían cedido más de 15 hornos de Torrent, colaboradores con su iniciativa a favor del colectivo Solidarios por ti, y que habían sido bendecidos por el cura. Elena y Chelo, dos miembros de la asociación, informaban por el micrófono del precio de las colaboraciones y los distintos tipos de 'gaiatos' que se podían adquirir, además de llevarse, también, la ciudadanía un bollo de chocolate torrentino.

Por su parte, José María Fernández, el presidente de la entidad, ha explicado que es la primera vez que Adisto colabora con Solidarios por ti. Se trata "de una asociación solidaria que reparte alimentos para ayudar a familias que, de manera puntual, necesitan un empujón". Asimismo, el dirigente ha agradecido a los 16 hornos que han querido colaborar y han aportado innovación a las recetas tradicionales del 'gaiato' de Sant Blai. "Tenemos 32 metros de 'gaiatos'; queremos poder optar al Record Guiness algún año", ha sentenciado.

Una manta de visitantes

Tras pasar el ficus que da inicio al paseo de la avenida del Vedat, en dirección al ayuntamiento, y nada más entrar en la calle Ramón y Cajal: asistencia masiva. Centenares de personas han llenado una calle que destacaba por su abundancia. Distintos puestos, música, colores, gastronomía, frutos secos, 'porrat' y gente. Mucha gente.

Las paradas del Ayuntamiento de Torrent han sido un punto clave para degustar el arroz "rossejat" y el artesanal chocolate tan esperado. Este último producto ha sido el gran atractivo de este año por ser la novedad. Y las largas y constantes colas lo confirman.

Nuria y José Luis han probado en un cuenquito el arroz rossejat junto a sus tres hijas. "Es algo que hacemos siempre, venir a la feria de Sant Blai. Es un momento familiar que nos encanta. Después de la pandemia teníamos muchas ganas de volver", ha explicado Nuria. Su niña mayor, Aitana, también lo tenía claro: "Lo que más me gusta de venir es comer chocolate de Torrent".

El aceite bendecido de Sant Blai que cura todos los males

Las colas para conseguir una botellita de aceite bendecido de Sant Blai eran monumentales. Una foránea se pregunta cuál es el interés de ese líquido tan cotizado. La tradición manda que si te mojas los dedos con el aceite y te dibujas una cruz en la garganta, se te van todos los dolores de garganta y la voz brota de ella como un río caudaloso. Y es que Sant Blai es el santo que cura las enfermedades de garganta. Y el refranero tradicional lo refleja así: «Sant Blai gloriós, cura'm la gola i lleva'm la tos».

El volumen de gente no ha disminuido conforme se iba atravesando la avenida Ramón y Cajal. Los pequeños clavarios y clavariesas de Sant Blai han desfilado poco después de las 11 a ritmo de 'tabal i dolçaina'. Puestos de comida, churros, chocolate, frutos secos y al final, la parroquia de San Luis Bertrán.

Junto a la puerta del templo, al que no han parado de entrar fieles, una cola atravesaba toda la placeta de la iglesia. "¡Yo quiero 'sant blaiets'! ¡Dame unos gaiatos! y dos botes de aceite de Sant Blai", decían las mujeres y hombres que accedían a su turno, pacientemente, después de haber esperado "más de 45 minutos", ha asegurado una de las señoras.

Tras el mostrador, las componentes de la Cofradia de Sant Blai, han reàrtido los manjares típicos de este día con esmero. No había otra. No han podido descansar ni un minuto de la gente que había. La cola, conforme iba pasando la mañana, ha ido en aumento. Mari Carmen Alejos es una de las componentes de la Cofradía que atendía con cariño a cada persona que le hacía una petición.

Al final del recorrido por la calle Ramón y Cajal se han ubicado las atracciones para niños y niñas, a las que en toda la mañana tampoco se les dio tregua. Es lo que tiene que sea un día festivo y una tradición que este viernes volvió a exhibirse de forma multitudinaria tras la pandemia.