Un grupo de sicarios trata de asesinar a un empresario de Puçol

Iban a cobrar 30.000 euros por la ejecución, habiendo recibido ya 15.000 euros como adelanto

La Guardia Civil desmantela un grupo de asesinos a sueldo que ya intentó acabar con la vida de este hombre en diciembre pero iba a intentarlo de nuevo este verano

Por el momento se desconoce quién contrató a los sicarios ni las razones para cometer el asesinato

Detenido un grupo de sicarios que trató de asesinar a un empresario de Puçol

Levante-EMV

Marina Falcó

Marina Falcó

Cuatro sicarios, tres hombres y una mujer todos de nacionalidad colombiana, han sido detenidos por la Guardia Civil por tratar de asesinar a un empresario de Puçol el pasado mes de diciembre pero que tenían planeado volver a intentarlo este verano. Dos de los detenidos dispararon con un arma de fuego desde una motocicleta a la víctima, que logró salir ilesa, mientras que un tercero dio cobertura desde un vehículo y la mujer ocultó el arma.

Cuatro sicarios detenidos por la Guardia Civil en Puçol

M. Á. Montesinos

El intento de asesinato tuvo lugar el pasado 16 de diciembre. Este empresario de Puçol denunció que al llegar a su empresa con su vehículo y justo en el instante en que abría la puerta del conductor para bajarse, dos personas que circulaban en una motocicleta pararon a su altura y sin mediar palabra le encañonaron con un arma de fuego. Los asaltantes realizaron un primer disparo apuntándole a la cabeza, que no llegó a alcanzarle por escasos centímetros, y cuando se disponían a disparar por segunda vez, el hombre pudo cerrar la puerta, arrancó de nuevo, aceleró rápidamente y logró huir con su vehículo. La fortuna estuvo al lado de la víctima ya que, según uno de los investigadores que participó en la operación, al parecer la pistola con la que se disponían a ejecutar al empresario tuvo algún problema y no pudo perpetrarse el segundo disparo.

Detención de sicarios en Puçol.

Detención de sicarios en Puçol. / OPC

La Guardia Civil se personó en el lugar y realizó una inspección ocular en la que encontró un casquillo de arma de fuego corta de munición metálica de percusión anular, calibre 22 y un proyectil de plomo, deformado tras el impacto. Tras su recogida, custodia y remisión se analizaron en el departamento de balística del laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil en Valencia. Dio comienzo entonces una doble investigación, que ha llevado a cabo el Equipo de Policía Judicial de Puçol, para localizar a los responsables, así como averiguar qué sucedió.

Los agentes identificaron la motocicleta usada de la marca Kawasaki que llevó a descubrir que se trataba de un grupo criminal de sicarios de nacionalidad colombiana asentado en las provincias de Valencia y Girona. De hecho, dos de ellos vivían en Sollana y los otros dos, en Figueres.

Tras la reconstrucción policial de los movimientos de los sospechosos, los guardias civiles averiguaron que durante tres meses antes del intento de asesinato, los tres hombres detenidos realizaron vigilancias esporádicas sobre la víctima y su entorno. El objetivo era establecer reconocimientos de la zona, horarios y hábitos de la víctima así como vías de acceso, huida y lugar idóneo para llevar a cabo el crimen.

Momneto en que los sicarios apuntan con su arma, grabado por las cámaras.

Momneto en que los sicarios apuntan con su arma, grabado por las cámaras. / OPC

A partir de ese momento el equipo investigador centró sus esfuerzos en la localización del arma, determinando que una cuarta persona, la mujer detenida en Sollana, era la encargada de dar cobertura a la organización en la ocultación del arma de fuego. Esta persona recibía pagos periódicos a través de un intermediario por medio de una aplicación de transferencias inmediatas.

Por el momento no ha podido establecerse quién contrató a los asesinos ni la razón por la que querían matarlo

Este grupo de sicarios iba a cobrar 30.000 euros por la ejecución de la víctima. Por el momento ya habían recibido la mitad, 15.000 euros, en concepto de adelanto, no recibiendo el resto al no haber finalizado el encargo.

Además, según el instituto armado, durante la investigación se tuvo conocimiento de que esta banda de asesinos a sueldo había recibido un encargo para amenazar a otra persona que no tiene relación con el vecino de Puçol. Los miembros de este grupo contaban con trabajos ordinarios que compaginaban con su actividad criminal.

Asesinato pendiente y otro encargo

Este grupo tenía previsto terminar con éxito su crimen y reactivó la ejecución en julio. Al estar uno de los integrantes incapaz y convaleciente por una reciente operación médica, el resto de componentes ya había buscado un sicario sustituto que había aceptado participar en el asesinato e iba a viajar desde Colombia.

Ante la inminente amenaza de un nuevo atentado contra la vida de la víctima y en aras de su protección, la Guardia Civil precipìtó el desenlace de la operación y detuvo, el pasado 24 de julio, a los sicarios logrando así desmantelar el grupo por completo. Para ello se efectuaron cinco registros en domicilios, dos en la localidad de Sollana y tres en Figueres (Girona). En ellos se localizaron e intervinieron dos armas de fuego cortas municionadas, una de ellas con silenciador, así como una tarjeta de visita con dirección y teléfono de la empresa de la víctima, un plano manuscrito de la localidad de Puçol, la motocicleta empleada por los autores y el turismo que les daba cobertura.

En total son cuatro detenciones: tres hombres y una mujer, todos de nacionalidad colombiana, de entre 24 y 63 años. A los tres hombres se le imputan el delito de asesinato en grado de tentativa, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas, mientras que la mujer detenida está acusada de los delitos de pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas.

La investigación ha sido supervisada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Massamagrell, cuya titular decretó el ingreso en prisión provisional de los tres autores materiale y la libertad con medidas cautelares de la mujer el pasado 26 de julio.

Sin un por qué aparente

De la investigación llevada a cabo, no ha sido posible deducir cuál es la razón por la que querían matar a su víctima, un pequeño empresario local apenas conocido y sin doble vida ni implicación en el hampa, en cuya vida no han sido encontrados conflictos de calado suficiente como para que alguien estuviese dispuesto a pagar 30.000 euros por su muerte.

Los detenidos no han querido declarar, ni ante la Guardia Civil, ni ante la jueza que ha llevado el caso desde el día en que se produjo el intento de asesinato, ya que estaba de guardia, por lo que tampoco se ha podido establecer ni quién los contrató ni por qué. Incluso se ha llegado a barajar la posibilidad de que el empresario no fuese el verdadero objetivo y que se equivocasen de persona.