"Ahora tenemos los pitidos del tren en la puerta de casa"

Las obras para cambiar el apeadero de la estación de metro de La Vallesa han puesto punto y final a la calma de los vecinos de la calle 354 de La Canyada. Y es que la nueva ubicación, aceptada por FGV tras atender a las demandas de asociaciones vecinales y ecologistas, van a situar la nueva parada a apenas cinco metros de las viviendas.

"Vivíamos con tranquilidad pero ya se nos ha acabado", lamenta Concepción Michavila, una de las vecinas afectadas por el cambio. Y es que, según denuncia, la vida se ha vuelto un calvario debido a los sonidos emitidos por los trenes para avisar de la entrada y salida en el andén. 

"A las 6 de la mañana ya empezamos a escuchar el pitido y la molestia es continua hasta las 11 de la noche", explica la afectada mientras que añade el gran perjuicio que suponer tener la parada delante de casa ya que "esto se repite cada 12 minutos". 

Consciente de que la nueva ubicación surge tras la solicitud de los vecinos, la vecina explica que está de acuerdo en buscar nuevas localizaciones que beneficien al vecindario "pero no a costa de nosotros". Así, señala que la parada de La Cañada se escuentra "a tan solo 1 kilómetro", por lo que califica como "un sinsentido gastar esa cantidad de dinero" si la nueva ubicación va a afectar a la calidad de vida de otros residentes.

Acercar la estación al núcleo urbano

Tras las presiones de vecinos y ecologistas, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) confirmó en enero del año pasado que el apeadero de la Vallesa, en Paterna, se trasladaría de su emplazamiento actual al punto donde propusieron asociaciones ciudadanas y ecologistas por estar mucho más cerca del núcleo urbano.

Así, la nueva parada está planificada junto la intersección de las calles 354 y 366, "por tratarse de un punto más centrado en el núcleo poblacional de La Vallesa, lo que redundará en un acceso más próximo para un mayor número de personas ya que actualmente esta parada se encontraba en un extremo respecto de la zona habitada". Así lo propusieron las entidades y FGV ha estudiado su viabilidad en los últimos meses.

Las obras tienen un presupuesto de dos millones de euros e incluyen la construcción de una doble vía que conlleva un cambio de ubicación de la parada actual. Esta actuación está financiada por la Unión Europea a través del Programa Operativo FEDER Comunitat Valenciana 2014-2020 como parte de la respuesta de la Unión a la pandemia de la covid-19.