'Coolor': De discoteca maldita a supermercado

Una empresa levanta una nave comercial sobre las cenizas de la antigua sala marcada por el Caso Alcàsser

El local trató de mantener su negocio de ocio tras la muerte de las niñas con distintos nombres pero acabó cerrado y demolido en 2012

La discoteca Coolor se convierte en supermercado

Daniel Tortajada

Alfredo Castelló

Alfredo Castelló

De discoteca maldita a supermercado. De entre las cenizas de la antigua sala «Coolor», en Picassent, está resurgiendo una nave comercial. La actuación, que ha despertado un inusitado interés entre el vecindario ante la incertidumbre de qué cadena está detrás de la iniciativa, se encuentra prácticamente terminada, incluso con las plazas de estacionamiento habilitadas. 

La discoteca «Coolor», situada en la carretera CV-405 entre Picassent y Montserrat, fue una de las salas más reconocidas de l’Horta Sud en los años ochenta y noventa, con su característica fachada en tonos chillones. Entre su oferta de ocio, destacaba las sesiones vespertinas de sábados y domingos (muchas de ellas organizadas por el alumnado de institutos que pretendía recaudar fondos para costear el viaje de fin de curso), a las que acudían los adolescentes de los municipios de alrededor, como Alcàsser, Catarroja, Silla, Albal o Torrent,pero también de la comarca de la Ribera, como Montserrat, Montroi o Benifaió, además de los vecinos de la propia Picassent. 

La facilidad del metro y autobús propio

Una parada de metro a tan solo 850 metros del local facilitaba su acceso permitiendo que la afluencia de público juvenil, sin medio de transporte propio, aumentara de manera notable. Incluso había una ruta de autobús, como se recuerda en algunos flyers.

Flyer que anunciaba las fiestas de un fin de semana en Coolor

Flyer que anunciaba las fiestas de un fin de semana en Coolor / L-EMV

«Pero con el caso Alcàsser la discoteca perdió todo el ‘Coolor’ que tenía», recuerda una chica que frecuentaba la discoteca al principio de los 90. Miriam, Toñi y Desiré, las tres niñas de Alcàsser violadas y asesinadas por Antonio Anglés, se dirigían a la discoteca de Picassent aquel fatídico 13 de noviembre de 1992, precisamente a una fiesta la tarde de un viernes. Desde que se destapó primero la desaparición y posteriormente la investigación, el nombre de «Coolor» ocupó titulares y minutos de radio y televisión. También fue formó parte de las teorías de la conspiración, con aquellas leyendas urbanas vertidas en un Late Night nacional sobre supuestas furgonetas que llevaban a jovencitas para que no deambularan por aquella carretera oscura hasta la discoteca, a las afueras de Picassent. 

Reapertura con distintos nombres

Desde la explosión del caso Alcàsser, y los rescoldos de la instrucción y el posterior juicio, «Coolor» ya no levantó cabeza. Cerró con el nombre original y fueron varios los empresarios que decidieron reabrirla con nombres tan dispares como Action, Tattoo, Elektra,Pasarel·la, Divina o Strago. «Pero nada volvió a ser igual», recuerda la joven de Picassent, abriéndose una etapa entre los que añoraban aquellas tarde de bailes (con botellones incluidos en su parcela) y los que querían olvidar el lugar al que se dirigían las niñas de Alcàsser. «Aquel caso ensució el nombre de la discoteca y nos dejó a una generación de adolescentes de 14 o 15 años que empezábamos a salir, sin esa oferta de ocio discotequero dentro del pueblo», lamenta la chica.  

La discoteca Coolor en 2010, víctima del expolio tras su cierre

La discoteca Coolor en 2010, víctima del expolio tras su cierre / Paco Tronchoni/Facebook

Objeto de expolio

De hecho, un perfil de Facebook reúne a nostálgicos y antiguos fieles de «Coolor», donde se comparten fotos de aquellas tarde y noches interminables, o quedadas en pubs de distintos pueblos en homenaje a la sala. También rememoran con fotos como la discoteca fue objeto de expolio a finales de la década de los 2000 tras su cierre definitivo. En 2012, el Ayuntamiento de Picassent autorizó al dueño de los terrenos el derribó del edificio por cuestiones de seguridad, ya que era habitual la presencia de jóvenes alrededor de la antigua discoteca, y las visitas de Guardia Civil y Policía Local al lugar ante las distintas quejas vecinales, ya que el crecimiento del municipio hizo que la sala que antes estaba a las afueras ahora está integrada en la trama urbana.

La nave comercial instalada en la parcela de la antigua discoteca Coolor de Picassent

La nave comercial instalada en la parcela de la antigua discoteca Coolor de Picassent / Daniel Tortajada

Ahora, más de treinta años después del Caso Alcàsser, una empresa última la apertura de una nave comercial, a tenor de la fisionomía que presenta el aparcamiento, aunque no ha trascendido qué tipo de establecimiento se abrirá, en una zona que ya cuentas con otros dos supermercados.