Bouldini empieza a carburar, comienza a encontrarse consigo mismo y se posiciona como una alternativa certera para Mehdi Nafti en la delantera. El ‘22’, que firmó a mediados de agosto por el Levante, aterrizó en Orriols condicionado por su estado físico. Sin lesión de por medio, pero sin dinámica de pretemporada a sus espaldas. Ahora, poco más de un mes después de aceptar el reto del ascenso, el atacante está prácticamente en plenas condiciones para competir a una mayor intensidad y con serias papeletas de adquirir un papel protagonista en Burgos, después de mejorar sus sensaciones en el día a día sin resentimiento alguno.

El nacido en Casablanca realizó trabajos complementarios desde que pisó por primera vez la Ciudad Deportiva de Buñol. Según pudo saber SUPER, Bouldini, tras un verano sin pretemporada de por medio, compaginó el trabajo de césped con sesiones de fuerza en el gimnasio, doblando esfuerzos en sus días de entrenamiento con la finalidad de coger tono físico más pronto que tarde. El delantero firmó por el club levantinista siendo una apuesta firme de la dirección deportiva, al ser la única incorporación por la que el Levante abonó un traspaso, por lo que hallar su punto álgido en términos físicos ha sido una de las prioridades en las últimas semanas.

De hecho, Bouldini ya ha tenido contactos con el resto de sus compañeros en competición oficial, confirmando que progresa adecuadamente en su proceso de readaptación. Ante el Villarreal B, salió en los últimos veinte minutos de partido y no solo despertó buenas sensaciones, sino que fue autor de la asistencia del 4-1 definitivo. Y contra el Cartagena, aumentó su tiempo sobre el terreno de juego con media hora.