Los dos «trámites» que les cuesta dios y ayuda sacar adelante a los ayuntamientos son los nuevos planes generales de ordenación urbana (Xàbia y Dénia llevan décadas enredados y no hay tutía) y los contratos de la basura. Tras tropezar con la pandemia y con un recurso inverosímil, el Ayuntamiento de Xàbia ya está más cerca de adjudicar el contrato por ocho años y de 50 millones de euros (6,2 millones al año) de la recogida de la basura y la limpieza viaria y de playas. La mesa de contratación ha dado el visto bueno a la baremación de las ofertas técnicas. Y la firma valenciana Tetma cobra ventaja.

Esta mercantil ha obtenido una valoración de 35,8 puntos, la más alta. La actual concesionaria, Cespa, ha logrado 31,2 puntos. Su oferta es la segunda mejor valorada. Y luego han quedado Urbaser, Valoriza, FCC, OHL y SAV. El contrato es goloso. Y de ahí que compitan los gigantes del sector.

Entre las mejoras que ha planteado Tetma, destacan las que persiguen acabar con los vertidos incontrolados fuera de los contenedores. Ahora suele pasar que los «Punt Verd» (islas de contenedores de las urbanizaciones) amanezcan cercados de enseres domésticos, residuos de podas y basura varia. Esta empresa se compromete a poner en marcha un sistema tecnológico automatizado para identificar el tipo de residuo que se tira en el contenedor de poda y a quien lo deposita. Está convencida de poder acabar con estos vertidos irregulares. También incluye en su oferta realizar campañas de concienciación y de reciclaje.

La empresa que resulte adjudicataria deberá afanarse en cambiar más de mil contenedores de basura e incorporar el de la fracción orgánica. Los pliegos insisten mucho en que hay que reforzar la limpieza de excrementos de mascotas.

La nueva adjudicataria también deberá renovar la flota de vehículos y apostar por los eléctricos e híbridos. Y tendrá que adaptar la limpieza y desinfección de las calles y playas a los nuevos tiempos de la pandemia.