La odisea de los encesers, los pescadores de los acantilados, remite a la epopeya de Ulises. Los encesers también podrían decir aquello que cantaba el poeta Constantin Cavafis: «Ítaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino». Estos pescadores descendían por sendas inverosímiles y pasaban la noche colgados del abismo. Con la luz del carburo, atraían a las sepias y calamares, el botín con el que regresaban a casa. Pero, claro, volvían con mucho más: la sabiduría de la naturaleza, la noche y el acantilado.
Esos paralelismos literarios son los que explora la escritora del Poble Nou de Benitatxell Empar Ferrer en el relato que ha escrito para la nueva carta del restaurante Bon Amb de Xàbia. Su chef, Alberto Ferruz, un talento de la cocina, se ha inspirado en les pesqueres de cingle y la pesca de l’encesa para crear los platos de la nueva temporada. Las fotografías las ha cedido la Fundació Cirne.
Esta tradición extraordinaria de la Marina Alta, que tenía arraigo sobre todo en el Poble Nou de Benitatxell y Xàbia (todavía queda algún romántico enceser), llega a la alta cocina y a un restaurante, el Bon Amb, que cuenta con dos estrellas Michelin.
Les pesqueres forman parte del acervo cultural de la Marina Alta. Durante muchos años se había menospreciado este arte de pesca medio de matute de labradores que para llevar algo de dinero a casa se iban por las noches a pescar sobre salientes de piedra y cañizos colgados de los acantilados. El libro del fotógrafo Jake Abbott «Nits de Tinta», coeditado por el Ayuntamiento de Benitatxell y que incluye estudios históricos y otros dos relatos de Empar Ferrer, ha sido un aldabonazo para poner en el mapa esta tradición. Y ahora l’encesa resplandece en la gastronomía con estrella.
