«Nits de tinta», la obra del fotógrafo Jake Abbott que salva la memoria de «les pesqueres», sigue recorriendo los pueblos en los que se «cultivó» este singular arte de pesca de la Marina Alta. Lo de «cultivar» tiene su sentido: esos pescadores que abrían inverosímiles caminos en los acantilados y pasaban la noche pescando desde un saliente de roca o desde un cañizo colgado del vacío eran labradores. Jake Abbott y la escritora Empar Ferrer, autora de dos microrrelatos incluidos en el libro, presentaron el viernes «Nits de tinta» en el Espai la Senieta, en Moraira. Allí se puede visitar una excelente exposición con las fotografías que Jake Abbott, acompañado por Felipe Escolano y Pep «Sopa», empezó a realizar hace 20 años.

Esta obra, que también recupera la historia, el peculiar léxico y las peripecias personales de los «encesers» (incluye retratos de 30 pescadores de los acantilados y de sus mujeres), ha reavivado un viejo anhelo, el de proteger un patrimonio que se está perdiendo. En Xàbia, uno de los pueblos con más pesqueres, hay sendas de los acantilados que se han apropiado los chalés.

El técnico de Cultura de Teulada Moraira, Jaume Buigues, abundó en que debería impulsarse la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial de «les pesqueres». «Hay que tomar conciencia de la importancia de este patriminio», señaló Buigues, que lanzó también que podría crearse un museo comarcal de les pesqueres con sede en el Poble Nou de Benitatxell y subsedes en Xàbia, Teulada Moraira, Benissa y Calp. «Debe ser una apuesta colectiva y un proyecto comarcal».

Mientras, Jake Abbott llamó a proteger una pesca singular que surgió en el siglo XV (de entonces datan las primeras referencias documentales) y que «podría desaparecer en los próximos 50 años».