Fundador de un movimiento literario llamado «introvertismo» y junto a su amigo Joan Fuster en 1946 de la revista «Verbo», que publicó poemas de Vicente Alexandre, María Beneyto, Gabriel Celaya o José Agustín Goytisolo, José Albi, quien nació accidentalmente en València en 1922 (su madre, Dolores, se puso de parto un mes antes de lo previsto), está considerado uno de los grandes poetas valencianos del siglo XX. Su obra es tan colosal como difícil de encontrar. Publicó su primer poemario, «A orillas del Júcar», en 1942. Publicó más de 60 obras (en prosa solo algún libro de viajes). Uno de los premios que logró fue el València de Poesía. En 1957, le dieron este galardón con «Vida de un hombre» y 20 años después lo volvió a ganar con «Odisea 77». En una de las muchas cartas que le envió su estimada María Beneyto, le confesaba: «Eres un gran poeta, uno de los pocos que lo son de verdad en esta hora nuestra de falsificación y oportunismo».
El próximo martes se cumplirán 12 años de la muerte de José Albi. Además, este año es el centenario de su nacimiento. La efeméride debe corregir el incomprensible olvido de un autor apasionado y moderno, reivindicado por Jaime Siles, Vicente Gallego, Xelo Candel, Pedro J. de la Peña o Ricardo Bellveser.
José Albi, que siempre se consideró xabienc (los Albi son genuina estirpe de este pueblo, en el que él no nació de pura casualidad), publicó en 1992 el poemario «Xàbia o el gozo». El amor por su tierra brotaba en cada verso.
Ahora el poeta regresa del silencio. Este viernes, en la biblioteca de Xàbia, Isabel Oliver González presentó su libro «José Albi y su tiempo». La biblioteca de Xàbia también ha realizado un folleto en el que da a conocer al autor.
El poeta metido a empresario: el camping Mediterráneo
El poeta no era ajeno al mundo. Xàbia despertaba al turismo y José Albi, animado por su hijo Fernando, quien había viajado por Andalucía y había descubierto un negocio turístico que empezaba a hacer furor, el camping, decidió embarcarse en eso que hoy se llama emprender. Isabel Oliver reconstruye aquella aventura del camping. Inaugurado en 1968, se llamó Mediterráneo. Era moderno y podía alojar a 1.500 turistas. Estaba a un paso de la playa del Arenal. Estuvo considerado el tercer mejor camping de España. No todo fue fácil. En uno de esos episodios tremebundos de lluvias torrenciales en Xàbia, se inundó y los clientes tuvieron que hacer noche en el restaurante y el supermercado.
Isabel Oliver contextualiza al poeta y rescata anécdotas vitales que dibujan su carácter apacible, sencillo y familiar. También rescata correspondencia y algún poema inédito. Son muy valiosas las cartas finales que le dedican sus hijos y poetas que lo consideran un maestro y que destacan su natural generosidad. El libro es un homenaje a un autor de vibrante pulso poético y cuya labor de difusión cultural y de creación literaria merece ser rescatada. Logró con la revista «Verbo» sortear la censura de la dictadura y se inventó un movimiento, el «introvertismo», cuyo nombre ya revela un propósito de exaltar el yo creador y revolverse contra la gris realidad . Isabel Oliver asegura que José Albi dejó al menos 15 libros inéditos listos para publicarse.
Su hijo Fernando donó hace un año a la biblioteca varios de sus libros de poemas (y son dificilísimos de conseguir), así como un ejemplar de «Verbo» en el que José Albi y Joan Fuster firmaban una antología sobre el surrealismo (aquello era oxígeno en los sórdidos años de la dictadura franquista) y la tesis que el poeta hizo del pintor Joan de Joanes. Sus estudios sobre este artista valenciano del renacimiento siguen siendo de referencia.
