Todo es difícil para los pueblos de la geografía de la despoblación y de los grandes incendios. A partir del lunes, hay que ser extremadamente puntual para entrar y salir de Castell de Castells. Este pueblo de 425 habitantes, uno de los que sufrió este verano el terrible incendio de la Vall d’Ebo (devoró el 11,8 % de su término municipal), parece que vuelve al medievo y a las murallas y el fielato. La Diputación de Alicante cerrará el lunes su principal carretera de acceso, la CV-720, que es la que lo conecta con Benigembla y su comarca, la Marina Alta. Comenzarán las obras para construir un nuevo puente sobre el río Gorgos o Xaló. Durarán al menos 8 semanas (el plazo de ejecución previsto en el contrato con la adjudicataria es, sin embargo, de 4 meses). Y durante ese tiempo los vecinos tendrán que estar pendientes del reloj. Solo podrán pasar por esta carretera durante tres franjas diarias de una hora cada una.

La diputación tenía previsto iniciar estas obras el pasado 20 de junio. Y días antes el ayuntamiento, cuyo alcalde es Vicente Tomás Estalrich, anunció que había llegado a un acuerdo con el departamento de Carreteras y que se crearía una vía alternativa para no cerrar la carretera. El pueblo evitaba quedarse incomunicado. Sin embargo, ese acuerdo se ha ido al limbo. Las obras, además, se han retrasado varios meses. El tráfico se cortará. La vía alternativa sí se ha construido. Es de tierra compactada y bastante precaria. Esquiva el tramo donde se construirá el puente. Pero solo estará abierta tres horas al día. Y siempre con luz solar. Las franjas en las que se permitirá el paso serán de 7.30 a 8.30, de 15 a 16 y de 17.15 a 18.15 horas.

Los vecinos están que trinan. Muchos trabajan fuera o llevan a otros pueblos a sus hijos a hacer actividades extraescolares. Ahora deberán estar pendientes del reloj y adaptar sus vidas a esos estrictos horarios que se han establecido para salir del pueblo y volver a entrar.

el alcalde y un concejal tendrán la llave de la cadena y acudirán a abrir si hay una urgencia

Entre 2009 y 2010, esta carretera ya estuvo un año cerrada por causa de fuerza mayor. La diputación la amplió y mejoró. Los vecinos todavía recuerdan el engorro de dar un rodeo enorme y muy sinuoso. Tenían que llegar hasta Tàrbena y subir y bajar los puertos de montaña del Coll de Rates y de Sa Creueta. Tardaban una hora más de lo habitual. Y llegaban a casa mareados. Ahora que el combustible está por las nubes, los vecinos no están para hacer cada día un puñado más de kilómetros.

Sí podrán pasar por la vía de tierra sin atenerse a la franja horaria el autobús que lleva a los jóvenes al instituto de Orba, los sanitarios del centro de salud, las ambulancias y los vehículos de emergencias.

Además, el alcalde y un concejal tendrán la llave de la cadena y acudirán a abrir si hay una urgencia. Si por la noche un vecino tiene que llevar a un familiar al hospital de Dénia, deberá ir a la casa del alcalde o del edil a pedirles que le abran la vía de tierra. Sí, la cosa parece de otro siglo.

El PSPV de Castell de Castells ha denunciado que la diputación no haya previsto una alternativa factible para mantener abierta esta importante carretera (conecta las comarcas de la Marina Alta, el Comtat y l’Alcoià). «El compromisó de Alejandro Morant (el diputado de Carreteras) era que no se cortara. ¿Seguro que no permitiría que pasara algo así en su pueblo, Busot?», advierten los socialistas.

Las franjas horarias funcionarán también los fines de semana. Es cuando acuden a Castell de Castells muchos turistas de un día (moteros, ciclistas, excursionistas...). El PSPV también lamenta el daño económico que cerrar la carretera le va a suponer a este pequeño pueblo.