Mar, desalación y grifo: la receta de Xàbia contra el cambio climático

La empresa pública de suministro reparte 2.000 cantimploras a los alumnos para acabar con los plásticos y fomentar que se beba agua de la red

Una alumna llena la cantimplora en el grifo de la desaladora. | A. P. F.

Una alumna llena la cantimplora en el grifo de la desaladora. | A. P. F. / alfons padilla. xàbia

alfons padilla. xàbia

Xàbia se bebe a sorbos el inagotable Mediterráneo. Es un extraordinario manantial. En 1999, el ayuntamiento aprobó el proyecto de construcción de una desalinizadora. No era una idea descabellada. Todo lo contrario. Los vecinos y los turistas estaban hartos de quedarse en verano sin agua potable y de tener que llenar garrafas en los depósitos que se colocaban en las calles. La desalinizadora se puso en marcha en 2002. Y ahora es más que una gran fábrica de agua. También es un aula. Los alumnos de los colegios e institutos la visitan. Ayer jóvenes de los institutos Antoni Llidó y La Mar y del María Inmaculada (es un colegio en el que también se imparte secundaria) presentaron en la desalinizadora sus proyectos para ahorrar agua y combatir el cambio climático.

Los alumnos que ayer presentaron sus proyectos de ahorro de agua y contra el cambio climático en la desaladora

Los alumnos que ayer presentaron sus proyectos de ahorro de agua y contra el cambio climático en la desaladora / Levante-EMV

Xàbia tiene una receta para la emergencia climática. Sus tres patas son mar, desalación y grifo. La empresa pública de suministro de agua, Amjasa, quiere fomentar que los jóvenes y todos los vecinos beban más del grifo y dejen de comprar botellas de plástico de un solo uso. Amjasa ha repartido ahora a los alumnos 2.000 cantimploras. Los jóvenes que estuvieron ayer en la desalinizadora ya las llenaron del grifo que hay en la planta.

Los alumnos tienen ideas estupendas. Han desarrollado una aplicación que mide el impacto de los hábitos actuales en el planeta. Y la cosa pinta mal. El actual ritmo de consumo de recursos y de huella ecológica es insostenible. Otro proyecto ideado por los alumnos y premiado por la Universitat de València es el de crear un gran aljibe que recoja el agua de lluvia en la cubierta del instituto La Mar. Ese agua se utilizaría en los aseos. El ahorro anual alcanzaría los 1,5 millones de litros. El aljibe funcionaría también como aislante térmico y se reduciría el consumo energético en climatización.