Furor por el sol en los acantilados de Xàbia

La edil de Urbanismo aboga por aprobar una ordenanza que evite el impacto paisajístico de los paneles fotovoltaicos de los chalés de lujo

Los paneles se colocan en tramos de las parcela que tienen una fuerte pendiente

Los paneles se colocan en tramos de las parcela que tienen una fuerte pendiente / A. P. F.

alfons padilla. xàbia

Furor y fulgor. La energía solar se abre camino con fuerza en los acantilados de Xàbia. Es una buena noticia que aumente el autoconsumo de energías renovables y limpias. Pero surge una dicotomía. Los paneles solares tienen dos caras, la de aprovechar los rayos del sol y la del impacto en el paisaje. Incluso estas instalaciones que distan en tamaño de los huertos solares deslumbran. Proliferan las placas solares en este litoral de agreste belleza. Los chalés colgados del abismo salpican los acantilados. Su efecto en el paisaje se acentúa ahora con esos paneles que espejean y emiten destellos aquí y allá.

Furor por el sol en los acantilados de Xàbia

Placas solares en los tejados y junto a las piscinas / alfons padilla. xàbia

Además, como ocurre casi siempre, la realidad va por delante de la regulación urbanística. El ayuntamiento quiere fomentar desde hace años que los chalés vuelvan a techarse con tejas. La arquitectura de vanguardia ha acabado con los tejados a dos aguas. Todo son líneas rectas. No queda ni rastro de la arquitectura vernácula de Xàbia.

Pero ese debate ya está superado. Lo mismo da que se vuelva a las tejas o que se siga con los experimentos arquitectónicos. Al final, el tejado va a quedar cubierto por los paneles solares. También se están instalando en los tramos de las parcelas que tienen fuerte pendiente o en los extremos de las piscinas que están orientados al este y al sur y que absorben más sol.

Preguntada por el efecto en el paisaje que los paneles solares tienen en los acantilados de Xàbia, la concejala de Urbanismo, Pepa Gisbert, admitió que es un problema que ya han detectado en el departamento. Dijo que el impacto se debería mitigar con la aprobación de una ordenanza.

Urge establecer unas normas claras sobre la instalación de placas fotovoltaicas en espacios de tanta belleza paisajística y tan frágiles como los acantilados. La concejala advirtió, no obstante, que la legislatura ha sido de intenso trabajo en su departamento. Se ha avanzado mucho en el plan general estructural y su aprobación está un poco más cerca.

Los propietarios de los chalés de lujo de los acantilados están apostando por la energía solar y renovable. Eso es, sin duda, positivo. Pero no es oro todo lo que reluce. Empieza a haber paneles por doquier. El furor solar está cambiando la imagen (ya alterada, por otra parte, por el urbanismo) de este abrupto litoral.