El astronauta Pedro Duque desvela en Xàbia la clave de la innovación: "Hay que mirar hacia lo imposible"
Duque destaca los grandes avances tecnológicos impulsados por la conquista del espacio y rememora su segunda misión, que realizó en el cohete ruso Soyuz y que le permitió permanecer diez días en la Estación Espacial Internacional
El astronauta participa en un hito en la Marina Alta, la publicación del número 25 de la revista de divulgación científica y tecnológica "Daualdeu"
"Las cajas que llevamos en la mano no es la merienda, sino un ventilador", bromeó el astronauta / A. P. F.
Lo imposible no es una barrera, sino un estímulo. Lo dice alguien que se ha enfrentado a retos estratosféricos. Lo dice el astronauta e ingeniero aeronáutico Pedro Duque, quien esta tarde ha reflexionado en Xàbia sobre el impulso de la carrera espacial en el avance tecnológico. Duque ha subrayado que los alumnos de ahora deben ilusionarse con desafíos que les dicen que son imposibles. "Y esforzándose pueden llegar a lo que quieran desde cualquier colegio público de España", ha afirmado y, de paso, ha lanzado un claro guiño a la importancia de la educación pública.
Pedro Duque ha participado en la conmemoración de la publicación del número 25 de la revista de divulgación científica y tecnológica "Daualdeu". El solo hecho de que esta revista vea la luz es ya todo un hito. Lo ha recalcado uno de sus colaboradores, el médico Rafael Andarias. Esta revista, que edita Meridià Zero en la Marina Alta, también entra dentro de la categoría de eso que parece imposible y que no lo es.
Duque explica uno de los momentos de su segunda misión espacial, que realizó en 2003 en el cohete ruso Soyuz / A. P. F.
El astronauta y exministro de Ciencia e Innovación está muy vinculado a Xàbia. Su esposa, Consuelo Femenía Guardiola, una brillantísima diplomática que actualmente es la embajadora de España en Países Bajos, nació en este municipio.
Pedro Duque ha viajado dos veces al espacio, la primera en 1998 en el transbordador Discovery y la segunda en 2003 en la nave Soyuz. En esta segunda misión, permaneció diez días en la Estación Espacial Internacional. Esta tarde ha incidido en esta misión del Soyuz. Ha explicado pormenores y lo ha hecho con mucho sentido del humor.
"Esas cajas que llevamos en la mano no son la merienda, sino un ventilador", ha bromeado cuando en pantalla se le veía a él y a otros astronautas embutidos en sus trajes espaciales y portando la curiosa y enigmática cajita.
El astronauta se zampa una loncha de chorizo en la Estación Espacial Internacional / A. P. F.
También ha comentado con gracejo dos momentos críticos de esa misión espacial, cuando, de vuelta a la tierra, la capsula, "convertida en una bola de fuego", entraba en la atmósfera y cuando aterrizaba (la capsula se bamboleaba con los paracaídas desplegados). Ha llamado a esos instantes de máxima tensión "momentos deportivos".
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