El oficio tradicional ya perdido que salvaba los bosques de incendios

Solo en el término de Xàbia se han «descubierto» 54 «forns de calç» construidos en montañosas donde abundaba la leña y la piedra calcárea

El "forn de calç" de la Granadella. Un panel explica la actividad de la cal

El "forn de calç" de la Granadella. Un panel explica la actividad de la cal / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Acertijo: ¿Qué actividad tradicional que no es la ganadería evitaba los incendios en los bosques de Xàbia y la Marina Alta? Una pista: hay una expresión popular que alude a una cosa buena y otra mala. Y la buena, imprescindible en la comarca hasta los años 1950, servía para enjalbegar fachadas, desinfectar habitaciones y para fraguar, mezclada con tierra y arena, la consistente argamasa que se utilizaba en la construcción.

El oficio tradicional ya perdido que salvaba los bosques de incendios

Dibujo realizado por el Museo Soler Blasco de Xàbia de la actividad de la cal / Levante-EMV

La expresión popular es «una de cal y otra de arena». La cal era indispensable. En el mortero de cal, la cal era pegamento y daba solidez.

El oficio tradicional ya perdido que salvaba los bosques de incendios

Imagen de 1900 de un grupo de "calciners" de Xàbia / Fundació Cirne

Y la actividad tradicional, oficio ya perdido, es el de «calciner». Prueba de la fuerza de esta actividad en la sociedad rural es que sólo en el término de Xàbia se han localizado nada menos que 54 hornos de cal. Son construcciones muy singulares.

¿Y por qué este oficio ayudaba a preservar incendios? Los hornos, que estaban parcialmente excavados y se rodeaban con una estructura a modo de brocal cilíndrica de piedra, se hallaban en zonas de montaña donde abundaba la leña y la piedra calcárea que daba la cal. Los «calciners» recogían leña y desbrozaban los bosques. La silvicultura preventiva que ahora es básica para evitar catastróficos incendios forestales estaba antes en manos de los rebaños de ovejas y cabras y de los «calciners». Para lograr mil arrobas (12.000 kilos) de cal se necesitaban 500 costales (15.000 kilos) de leña.

Curiosamente, los hornos de cal de la Granadella o de la Plana del Montgó han salido a la luz tras los devastadores incendios que han devorado sus espesas pinadas. El Museo Soler Blasco de Xàbia ha recuperado algunos de estos hornos y ha colocado carteles que explican la enorme importancia que tuvo la cal en el mundo rural de la Marina Alta.