Ambolo se desmorona

La cala de Xàbia, cerrada desde 2009, sufre un nuevo derrumbe de grandes piedras

El antiguo muro bajo el inicio de la senda pende del vacío

El último derrumbe en la cala clausurada de Ambolo

El último derrumbe en la cala clausurada de Ambolo / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Se desmorona. Ambolo, la cala de Xàbia borrada de los mapas (está cerrada desde 2009), ha sufrido un nuevo y brutal desprendimiento. Se ha desmoronado el tramo de acantilado que está debajo del muro de piedra sobre el que arranca la senda que baja hasta la playa. El muro ha quedado colgado del vacío. Piedras de gran tamaño han caído hasta la grava de la playa. Arriba, sobre el muro, hay un enorme boquete. La amenaza de que se produzca otro derrumbe es evidente. El muro parece condenado a venirse abajo de un momento a otro.

El boquete sobre el muro. Este tramo de acantilado también amenaza con venirse abajo

El boquete sobre el muro. Este tramo de acantilado también amenaza con venirse abajo / A. P. F.

Los desprendimientos en este litoral son imparables. Y eso que no ha llovido. Lo habitual es que se produzcan durante episodios de precipitaciones torrenciales. De hecho, el impacto de las lluvias salta a la vista. Bajo las redes de metal que hace unos años se colocaron para dar estabilidad a los acantilados y poder reabrir la cala (fue un fiasco), se han abierto profundas cárcavas.

Cárcava abierta bajo una de las redes de metal

Cárcava abierta bajo una de las redes de metal / A. P. F.

La erosión en Ambolo es continua. Este acantilado está «carcomido». Las redes se han roto y las que aguantan han echado «barriga». Se acumulan las rocas que se han desgajado. Generan un peso que estas mallas de metal no soportarán durante mucho tiempo. La senda con escalones que se creó cuando todavía se confiaba en recuperar la cala acaba abruptamente. Los temporales y los desprendimientos han arrancado los últimos peldaños. La barandilla de madera está derribada.

Las piedras que se han desgajado del acantilado y han caído a la playa

Las piedras que se han desgajado del acantilado y han caído a la playa / A. P. F.

La cala se cerró por riesgo de desprendimientos en 2009. Ha habido veranos que pese a la clausura se llenaba de bañistas. El pasado año se cerró con un potente vallado. Ahora está abierto. Es difícil cerrar puertas en el litoral.

La potente valla que se colocó está abierta. Es difícil cerrar puertas en el litoral

La potente valla que se colocó está abierta. Es difícil cerrar puertas en el litoral / A. P. F.

Ambolo también se ha borrado del mapa. El ayuntamiento retiró la señalización que indicaba cómo llegar. Colocó carteles que advertían de que está prohibido bajar. La cala, por tanto, «no existe». Sin embargo, sobre estos acantilados se han seguido construyendo chalés de lujo que se asientan sobre poderosos muros que antes eran de mampostería y ahora son de hormigón.