El "Bancalet" de la Marina Alta llega al mercado de Dénia y más allá

"Bancalet. Soc producte Marina Alta". Floren Terrades, de la oficina de innovación de Dénia Ciudad Creativa de la Gastronomía de la Unesco, aclara que esta marca es "mucho más que una pegatina". Es, por supuesto, filosofía. Y es ya (lo más importante) una realidad. El "Bancalet" está en el mercado. En el de Dénia ("figatells", "coques", "faves", "panses", "mandarines", "polc sec"...) y en el del mundo. "Bancalet" llega para tirar del carro. Para recuperar el sistema agroalimentario de proximidad de la Marina Alta. Es una marca sin fronteras (imbuida del espíritu de aquellos comerciantes de la pasa que la llevaron a Londres, Liverpool, la Habana o Nueva York). Pero también es una divisa de territorio, de defender lo propio, de autoestima, de demostrar que los productos de la Marina Alta son extraordinarios y hay que producirlos, comercializarlos y consumirlos con orgullo y relamiéndose. Son sanos y sabrosos.

Surge una palabra: "desglobalizar". Y sí, la agricultura y, en general, el sector primario defienden el derecho a ir a contracorriente, a dar fuerza a los productos de proximidad, frescos y de Kilómetro 0 y a las variedades autóctonas. "Bancalet" escapa de la aldea global y define muy bien su territorio: una comarca, la Marina Alta, que dispone de una despensa extraordinaria.

Bancalet, la extraordinaria despensa de la Marina Alta (imágenes)

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La marca la gestiona la oficina de innovación de Dénia Ciudad Creativa de la Gastronomía. Participan 15 empresas. Se sumarán más. Los productos identificados con las etiquetas de "Bancalet" ya se pueden comprar en el Mercat Municipal de Dénia. También los ofrecen otras tiendas del comercio local. Ese es su ecosistema: mercados y pequeño comercio. No hay aspiración de llegar a las grandes superficies. Todo lo que suena a grande parece estar en contradicción con una marca que ha buscado un nombre en diminutivo: "Bancalet". Define bien lo que es la Marina Alta: minifundios, humildes explotaciones agrícolas, vitivinícolas, de aceites, de recuperación del trigo ("Blat de la Marina")... proyectos todos de esencia familiar. En la comarca, las grandes asociaciones de productores son las cooperativas y las cofradías de pescadores. "Bancalet" aspira a sumarlas a la causa.

La marca excluye a las franquicias y a las empresas de comercio electrónico que no tengan la sede social en la comarca. De hecho, un requisito imprescindible para participar es que la sede esté radicada en la Marina Alta.

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La marca la han presentado hoy en el Mercat de Dénia (¿dónde si no?) el alcalde, Vicent Grimalt, la concejala de Comercio, María José García, Floren Terrades y Alfred Pavía, de la empresa Sapristi, que es la que ha diseñado la campaña para dar vuelo a "Bancalet".

El alcalde ha hecho un llamamiento a que los restaurantes participen en "Bancalet" y arrimen el hombro en la recuperación de los productos de la Marina Alta. Recuperar cultivos es también recuperar paisaje. La exitosa hostelería de la comarca (doce estrellas Michelin y numerosos restaurantes de calidad) crea paisaje de sabores. También debe comprometerse con el paisaje de viñedos, olivos, arrozales, almendros, cerezos, trigo...

Menús de kilómetro 0 en colegios y residencias de mayores

Grimalt ha abogado por hacer mucha "pedagogía". Ha relatado una anécdota de una visita a la ciudad francesa de Tours. Allí los 9.000 escolares comen platos elaborados con productos de 50 kilómetros a la redonda. La excepción es el pescado. El puerto más cercano está a 90 kilómetros. Llegar a los colegios de la Marina Alta sería fantástico. El alcalde ha señalado que hay que ir poco a poco. La filosofía de "Bancalet" también obliga a ser pacientes y no precipitarse. Grimalt ha señalado que también en las residencias de mayores deberían consumirse menús de kilómetro 0.

El proyecto "Bancalet" cuenta con una subvención europea de fondos Next Generation. La marca está registrada en la oficina de patentes y marcas de España. El Ayuntamiento de Dénia ha aprobado una ordenanza que establece las buenas prácticas que deben cumplir las empresas que se lo creen, que hacen "bancal" ("tota pedra fa marge") y comarca.