Agricultura ecológica y sin intermediarios: la fórmula del «Mercat del Riurau»

Jesús Pobre bulle los domingos con un mercado de productores que está recuperando la economía del «hortet» y ayuda a preservar el paisaje

El "Mercat del Riurau" se ha convertido en un referente de los cultivos ecológicos y la recuperación de tierras

El "Mercat del Riurau" se ha convertido en un referente de los cultivos ecológicos y la recuperación de tierras / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

La fórmula funciona. El riurau da esperanza a la agricultura en la Marina Alta. Es cierto que esta comarca es de minifundio y de «llauradors» voluntariosos. Los mercados y las cooperativas han dado viabilidad a esa agricultura mayoritariamente familiar y a pequeña escala.

El «Mercat del Riurau» funciona. Y tira del carro. Es un mercado de productores con las ideas muy claras: productos de cultivos ecológicos, comercio sin intermediarios y experiencias compartidas entre estos agricultores a contracorriente (han apostado por el campo en una comarca volcada en el turismo y la construcción).

Jesús Pobre bulle los domingos, que es el día del «Mercat del Riurau». La Associació Sociocultural Mercat del Riurau dio en el clavo cuando hace ya una década decidió que este símbolo de la arquitectura rural tradicional que es el Riurau del Senyor de Benissadeví (de Jesús Pobre, vamos) debía recuperar la vida.

El riurau estuvo muchos años abandonado y en ruinas. Se restauró. Pero no tenía sentido que se convirtiera en un mero vestigio de la época del esplendor de la uva de moscatel y la pasa. No bastaba. El riurau era el espacio donde establecer una nueva relación entre agricultor y vecinos, donde liberarse de intermediarios y promover una economía del «hortet» que, por otra parte, ayudaba a rescatar terrenos baldíos y a preservar paisaje.

Esta iniciativa animó a otros pueblos a organizar «mercats de la terra». Jesús Pobre abrió un camino. El «Mercat del Riurau» y su «Festa del Batre» (celebración de la siega del trigo) también impulsaron la recuperación del cereal y la aventura del «Blat de la Marina». Ahora se siembran variedades históricas de trigo en campos del valle del Montgó que estaban abandonados. Estas tierras fueron hace décadas la despensa de cereal de Alicante. Hay hosteleros que apuestan por este trigo recuperado, como Pep Romany, quien tiene puesto en el «Mercat» de cocas elaboradas con harina de «Blat de la Marina».

Verduras y frutas recién recogidas de la huerta

El éxito de este mercado es extraordinario. También da cancha a los artesanos locales. Jesús Pobre se llena los domingos. Acuden vecinos a abastecerse de verduras y frutas ecológicas recién recogidas de la huerta. A los residentes extranjeros les encanta el ambiente. Los agricultores y artesanos cuentan sus historias. Uno de los labradores vende también sus novelas: «El agricultor escritor: ecoverdura y literatura».