Sin hornacina pero con escaparate: un comercio histórico acoge al nuevo Sant Sebastià de Xàbia

La imagen del patrón, que no se pudo colocar en su "capelleta" del Carrer Major al negarse el dueño de la vivienda, está ya a la vista de todos en la tienda más antigua del pueblo, Tejidos Grau, que funciona, como poco, desde 1890

El Sant Sebastià, en el escaparate de una tienda que funciona al menos desde 1890

El Sant Sebastià, en el escaparate de una tienda que funciona al menos desde 1890 / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El comercio tradicional, el de siempre, está para un roto y para un descosido. Para todo, vamos. Es pueblo. Y entiende al pueblo. La tienda más antigua de Xàbia se llama Tejidos Grau y funciona al menos desde 1890. Está en el Carrer Major, en pleno centro histórico. Es de las pocos comercios de telas que quedan en la Marina Alta. Estas tiendas son dignas de devoción. Y ahora más.

El escaparate de Tejidos Grau acoge el altar de la nueva imagen de Sant Sebastià, el patrón de Xàbia. La comisión compró la escultura para colocarla en la hornacina donde siempre había estado una figura de Sant Sebastià que hace más de un año desapareció misteriosamente. La "capelleta" de tosca se quedó vacía. La comisión, con toda la ilusión del mundo, acudió el pasado mes de enero, en los días de las fiestas del patrón, a colocar la imagen, que antes se había bendecido en la iglesia de Sant Bertomeu. Pero los festeros se encontraron con la negativa del dueño de la casa. No quería imágenes religiosas en su fachada. El debate es bizantino. La fachada es, por supuesto, privada. Sin embargo, la devoción a esos santos tutelares de calles, gremios y pueblos es compartida; pertenece a todos los vecinos.

La comisión tenía claro que tampoco iba a convertir el desencuentro en "casus belli". Si el dueño no quería la imagen, pues no había más que hablar.

Altar en un histórico escaparate

El nuevo Sant Sebastià ha encontrado otro emplazamiento. No es una hornacina. Es un escaparate. Y no se trata de un escaparate cualquiera. Se ha dispuesto un pequeño altar en esta histórica tienda de telas. Atrás quedan las entretelas de la antigua escultura desaparecida (no era una figura de gran valor). No estaría de más que este santo, históricamente invocado para hacer frente a las epidemias, le echara una mano al comercio de pueblo y proximidad, en peligro por la fiebre de las compras online.