Día histórico en Benissa: los pináculos dan vuelo a "la catedral de la Marina"

La compleja operación para subir las agujas de 17 metros y casi 6 toneladas ha suscitado gran expectación entre los vecinos

"Construir este templo, que es hoy basílica, ha sido una tarea titánica; nuestra antepasados la levantaron con medios muy limitados"

Los pináculos cambian y estilizan el perfil de este templo y del centro histórico

Las torres alcanzan con el pináculo los 53 metros de altura; la basílica es más estilizada y esbelta

Las torres alcanzan con el pináculo los 53 metros de altura; la basílica es más estilizada y esbelta / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Día histórico en Benissa. Lo comentaban los muchos vecinos que contemplaban la compleja operación para subir los pináculos de 17 metros de altura y casi 6 toneladas de peso cada uno a lo alto de las torres de la basílica de la Puríssima Xiqueta y Sant Pere Apòstol de Benissa. A este templo se le conoce como "la catedral de la Marina". Su arquitectura neogótica y de claras influencias francesas maravilló desde el primer momento a los vecinos de la comarca. La vieron tan distintas a los templos de los otros pueblos, tan monumental, que decidieron llamarla "catedral".

Momento en el que se deposita uno de los impresionantes pináculos sobre la torre

Momento en el que se deposita uno de los impresionantes pináculos sobre la torre / A. P. F.

"Construir esta iglesia ha sido una tarea titánica. Nuestros antepasados lo levantaron con medios muy limitados. Solo hay que pensar que en 1902, cuando se empezó a edificar, había en Benissa muy pocos carros y se utilizaron para traer las piedras de esta gran iglesia", afirmaba uno de los muchos vecinos que se han arremolinado en la plaza.

Día histórico también porque es insólito que así, casi por ensalmo, cambie el perfil de un templo y de un centro histórico. No ha sido por ensalmo, claro. Hay mucho trabajo. Los arquitectos Silvano Barbaglia y María Tárrega, grandes conocedores de esta iglesia, han plasmado concienzudamente aquella idea de los pináculos que aparecía dibujada en el proyecto original del arquitecto de Alcoi Vicente Pascual. Del dibujo de hace más de un siglo a la realidad y a la complejidad de las obras hay un trecho. Mientras, Juan Feliu, de la empresa Hermanos Feliu, también sabe de las técnicas históricas de construcción de este templo. Otra empresa de Benissa, Grúa Vila, ha aportado esas formidables grúas que han elevado como una pluma los pináculos.

Un trabajo coral

La operación ha requerido de gran precisión. Ha sido un trabajo coral. Salvador Cebolla, el párroco de la basílica de Benissa, le ha dado un gran impulso a esta iglesia. Su entusiasmo ha sido crucial. La "catedral de la Marina" coge vuelo. Las agujas la estilizan y le confieren esbeltez.

El sacerdote ha explicado que, tras las fiestas de la Puríssima Xiqueta, que comenzaron el sábado con el pregón, ya se terminarán de rematar los pináculos, que tienen el armazón de madera y están revestidos con planchas de zinc. También después de las fiestas se colocará sobre las agujas una cruz "tridimensional" de ocho puntas que representa a la Mare de Déu. La cruz mide dos metros. Es de acero inoxidable y se esmaltará de dorado. La estrella y los pináculos recubiertos de zinc refulgirán cuando les dé el sol.

Es un prodigio que una iglesia que se empezó a construir hace 122 años y que se inauguró en 1929 se termine ahora. Obras, eso sí, siempre surgen en estos grandes templos que necesitan, de tanto en tanto, que se acometan restauraciones.

La lluvia, otro prodigio

Y otro prodigio ha sido el de la lluvia. Las agujas, elevadas por las grandes grúas, han arañado las nubes y ha empezado a llover. No ha sido ni siquiera un chaparrón, sino sirimiri. Pero, con lo resecos que están los cultivos y las masas forestales, hasta cuatro gotas es mejor que nada.

Los pináculos acercan la basílica al cielo. Ahora las torres alcanzan los 53 metros de altura. A los vecinos, claro está, se les hace todavía un poco raro ver la "nueva" silueta de su iglesia. Pero les impresiona. Coinciden en que esos afilados remates refuerzan la grandiosidad de la "catedral de la Marina".