Quienes hemos tenido el libro de Dominelli y MacLeod “Trabajo social feminista” como guía de nuestra práctica profesional veníamos prestando, desde antes de la promulgación de las leyes de igualdad y contra la violencia de género, una atención a las mujeres desde los servicios sociales superando los estereotipos y mandatos de género, reconociendo su capacidad de agencia y prestando una asistencia integral a aquellas que estaban en situaciones de violencia machista

Por ello la promulgación de la Ley de Servicios Sociales Inclusivos de la Comunitat Valenciana fue acogida con cierto entusiasmo. Tanto por la pretensión de sacar tales servicios de la concepción asistencialista y consolidarlos como derecho subjetivo, estructurando una cartera de servicios reclamables por toda la ciudadanía, como por incluir la perspectiva de género. Contempla como servicio básico de atención primaria las Unidades de Igualdad, con cometidos tan importantes como impulsar planes de igualdad, actuaciones de prevención de la violencia de género y hacer efectivo el principio de igualdad de forma transversal en las política públicas. Y como servicio especifico, también de atención primaria, el Servicio de violencia de género y machista, de forma que se garantice la protección y atención integral a las mujeres que la padecen, ambos de competencia municipal. Este avance es importante porque establece la obligación de crearlos y garantizar su prestación allí donde no existen. En el municipio de Sagunto, referente y vanguardia en igualdad y en acción contra la violencia de género, tales funciones se vienen desarrollando desde el Área de Igualdad desde hace dos décadas, concurriendo en un mismo equipo profesional ambos tipos de funciones. 

Viraje

En diciembre de 2021, la Ley de medidas fiscales de la Generalitat Valenciana modificó las competencias respecto al Servicio de violencia de género y machista, pasando a ser competencia autonómica y otorgándose la prestación al Centro Mujer 24 horas de Segorbe, de gestión privada. Este viraje ha generado malestar en el movimiento feminista de Sagunto, que reivindica que la prestación del servicio siga realizándose desde el ámbito municipal y de ningún modo por empresas privadas, para seguir garantizando la prestación del servicio con calidad, cercanía y cuidando los procesos y a las mujeres que se atiende, por encima de intereses económicos. 

Se demanda también una modificación de la Ley de Servicios Sociales Inclusivos para que las competencias municipales sean del área de Igualdad y no de Servicios Sociales, y esto a mí, trabajadora social feminista, me genera algunas dudas: ¿por qué dudar de la capacidad institucional del Ayuntamiento de Sagunto para reordenar los servicios, garantizando la prestación de todos ellos de forma coordinada y articulada sin prescindir de los equipos profesionales, presupuestos y legado en materia de igualdad? ¿por qué desaprovechar la articulación promovida por la ley de dos servicios diferenciados que permita desarrollar de forma plena ambas vertientes, con independencia del área al que se adscriban? 

¿Por qué es interesante esta separación de servicios? Porque por el camino se quedan cosas. Se observa, por ejemplo, en la evaluación presentada por el propio Ayuntamiento del II Plan de Igualdad 2012-2014, en el que apenas fue ejecutado el 42% del presupuesto y se quedaron sin desarrollar líneas de actuación tan interesantes como: promover la participación de los hombres en las responsabilidades del cuidado familiar; el pacto local por la conciliación; elaborar los presupuestos públicos sensibles al género o reforzar el desarrollo de programas de atención social dirigida a las mujeres que pertenecen a grupos sociales en situación o riesgo de exclusión social, entre otras.

Actualmente se está elaborando el III Plan de Igualdad, y surge la duda razonable de que queden líneas estratégicas sin desarrollar, como ha ocurrido con el anterior. ¿No sería más adecuada la coexistencia de dos equipos diferentes, en el sentido que apunta la ley? ¿No tiene el ayuntamiento imaginación suficiente para ordenar los servicios, respetando y bebiendo de las trayectorias anteriores, asegurando su buen funcionamiento y correcta financiación, más allá de a qué área se adscriban?