Eurovisión con sabor agridulce

España jugó al todo o nada en Eurovisión. Fue más bien casi nada. Nada que reprochar a Blanca Paloma y TVE. El Benidorm Fest debe seguir la buena senda, darán con la tecla

Blanca Paloma al finalizar su actuación en Eurovisión

Blanca Paloma al finalizar su actuación en Eurovisión / EP

Lluís Pérez

Lluís Pérez

Comenzaré cumpliendo con lo pactado: pidiéndoles disculpas por ilusionarles. Tras el BenidormFest, a pesar de mencionar el riesgo de la candidatura de Blanca Paloma, vaticiné -más bien aseguré- un top 10. Lo creí firmemente. No estuve solo. Las casas de apuestas, la prensa internacional y el eurofandom colocaban a España muy arriba. Incluso el jurado de los 37 países participantes; Blanca Paloma fue la novena mejor para ellos, discutible también. No así para el público. ¡Qué dolorosos esos pírricos cinco puntos, últimos para los telespectadores! Los mismos puntos que a Manel Navarro; sí, el del gallo. ¡Insólito! 

España jugó al todo o nada. Y fue más bien casi nada. Nada que reprochar ni a Blanca Paloma, TVE o el trabajo. Directazo, una realización milimétrica y una temporada eurovisiva de ensueño. La propuesta no gustó, fin de la historia. Pero RTVE se toma enserio el festival -no lo hizo con Barei, Soraya o Amaia y Alfred, entre muchas otras-, pero por eso el mal resultado deja un sabor mucho más agridulce. ¿Un consuelo? Venimos de un década consecutiva por debajo del puesto 20, hasta Chanel. Los 100 puntos obtenidos son la octava mejor puntuación de nuestra historia. 

Me esperan días de chaparrón. Los tuve por WhatsApp en la noche del sábado, este domingo por la mañana en la redacción y aún quedan; lo sé. No cambio mi opinión. Blanca era la propuesta redonda del Benidorm Fest y la mejor elección. Pero Europa ha decidido darle la razón a los defensores del término "canción eurovisiva" -les confesaré que lo detesto profundamente- alzados ahora en gurús del festival, cuando sólo se acuerdan de Eurovisión tras los malos resultados. ¿Qué tenían de eurovisivos Jamala, Salvador Sobral, Duncan Lorence o Conchita Wurst? Poco o nada. Quedan meses para el BenidormFest, pero espero que TVE no se alinee con estos videntes convertidos en garantes de la verdad absoluta y siga la buena senda de los dos últimos años. Con más diversidad musical, eso sí. Eurovisión es cuestión de probar y seguir apostando por la calidad, año tras año. Así se crea marca. Como Italia. A ellos les costó 11 años ganar tras su vuelta. Esperemos que no sean tantos.

A todo esto, ganó Loreen -ahí acerté el sábado- seguida de cerca por Finlandia, la cual arrasó en el televoto (otro acierto, check). Pero la aritmética benefició a la sueca (tercer acierto, menos mal). Curioso su triunfo sin ningún 12 por parte del televoto; diría que insólito. No recuerdo una circunstancia similar en otro ganador. En cuanto al resto, Europa apostó por premiar lo genérico como Chipre, Lituania o Estonia por delante de propuestas más transgresoras o menos mainstream como Alemania, Serbia, Letonia -no pasó a la final- o España. Cuestión de gustos.

El festival de Eurovisión regresará a Suecia en 2024, justo 50 años después de la victoria de Abba. El homenaje está asegurado, la fiesta también. Ojalá España acierte con la tecla. Para los eurofans como yo, ganar una vez en la vida sería un sueño. Como el Mundial de la Roja para los futboleros. ¡Algún día, estoy convencido!

Blanca Paloma termina en 17ª posición en Eurovisión

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