Detrás de cada ventana, habita una Gloria

Laura Moreno Ponce

Laura Moreno Ponce

Phyllis 8 de diciembre 1967

(…) Mándame los poemas que hayas escrito este año, da igual que sean buenos o malos, quiero todos. Por cada 5 poemas que me mandes, te escribo una carta. Nadie te quiere más que yo, Glorucha, mociña mía. Te mando un beso con microbios (no es peligroso porque sólo es uno). Te busco mi amor (Burrows, Phyllis, 1967; de Cascante, Jorge, 2018).

Gloria Fuertes 19 de diciembre 1967

(…) Lo prometido es deuda. Aquí tienes un centenar de poemas escritos en los últimos meses. La mayoría van dedicados a ti. Espero tu próxima carta. ¿Me la he ganado? Besos y love, love, love, de tu poeta, chula y enamorá, que te querrá siempre... (Fuertes, Gloria, 1956; de Cascante, Jorge, 2018).

Lo primero que destaca del fragmento de estas cartas no es su contenido; solo son dos personas que se quieren y que viven una lejos de la otra. Pertenecen a la privacidad de la poeta Gloria Fuertes y su pareja Phyllis Burrows mientras cada una residía en un continente distinto de la otra. Sin embargo, lo que hay que señalar es el año de las cartas. 1967. Durante ese año en España, estaba vigente la Ley de peligrosidad social aprobada en 1954 que venía a sustituir a la Ley de vagos y maleantes. Tan solo tres años después de la fecha de las cartas, a la propia ley, se le añade la coletilla de rehabilitación social, haciendo de quienes fueran juzgados por la norma, se nos podría “curar la homosexualidad y rehabilitarnos", como indica Jordi Samsó, presidente del Casal Lambda (Pérez, Beatriz, 2018). Lo que obligaba a todo aquel disidente vivir en la clandestinidad.

A nivel social se instauró la (no)ley que nos hacía ser sujetos no visibles ante el espacio común. Aquello que fuera visible debería ser castigado y corregido. Hoy 17 de mayo, día contra la LGTBIFOBIA, se reivindica la importancia de la visibilidad más allá del espacio privado. Antonio de Villena, recalcaba que uno de los dolores que acompañaba a Gloria era su visibilidad encarnada, la masculinidad de su aspecto fue un condicionante frente a los ojos juzgadores de una España de posguerra y de dictadura. Años posteriores a la contemporaneidad de la poeta, y ya derogada en 1978 la Ley de peligrosidad social, la activista feminista y lesbiana Beatriz Gimeno, acuñó el término de la construcción de la lesbiana perversa en 2003 tras el caso de Dolores Vázquez en 1999, donde la invisibilidad y la construcción monstruosa de las mujeres sáficas, en los medios de comunicación, generan el espacio para la no visibilidad en un caso de violencia machista.

La falta de referentes a nivel educativo y social y la construcción monstruosa que se ha generado cuando se ridiculizaban a las personas del colectivo LGTBI, como, por ejemplo, cuando acuñaban la errata de Loca, en lugar de Lorca, en los medios más conservadores, haciendo referencia a Federico García Lorca. Han sido unos factores decisivos ante la justificación de los episodios de violencia que hoy en día seguimos sufriendo, y que como ocurre en concreto con las mujeres Trans es cada día más pronunciado y terrorífico. Las activistas Salvadoreñas Bianka Gabriela Rodríguez y Karla Stéphanie Avelar, junto de la mano de Fundación por la Justicia, han elaborado un informe que detalla la vulneración de Derechos Humanos en el Salvador de las personas Trans y la obligación del exilio y arrinconamiento de estas mujeres, dónde la esperanza de vida no supera los 33 años. La causa principal de este dato es el asesinato, constituyendo el 28% de todos los delitos cometidos ante este colectivo de mujeres.

Y en este punto me pregunto, ¿Qué es lo que causa tanto daño como para no dejarnos vivir?, ¿Por qué es tan difícil romper los estereotipos de género?, ¿Es acaso la verdadera diversidad que tanto se proclama una quimera?, ¿se puede revertir toda esta violencia ejercida hacia el colectivo LGTBI?

La visibilidad, como elemento de normalización, es una de las vías a nivel social que puede contribuir a la eliminación de un relato que todavía perdura. La implementación en el curriculum educativo el respeto a la diversidad es imprescindible para que esto suceda. Desde 1967 hasta este 2023 han pasado 56 años, y las cartas que antes eran entre dos, hoy en día nos sirven para evidenciar las realidades de las personas. Realidades que han vivido y viven dentro y fuera de las ventanas de esta sociedad, donde siempre existieron y existirán, Gloria(s).