círculos concéntricos

Desde el olimpismo a la banca europea

Josep Borrell.

Josep Borrell. / Reuters

Martí Saballs

Martí Saballs

En 2005, bajo iniciativa de Kofi Annan, ex secretario general de la ONU, y bajo el copatrocinio de España y Turquía, nacía la Alianza de las Civilizaciones, con sede en Nueva York. Como copresidente fue nombrado Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco, que también fue presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. En 2019, como alto representante de la Alianza de las Civilizaciones, la ONU premió a Miguel Ángel Moratinos, exministro de Asuntos Exteriores del Gobierno Zapatero. Maneja un presupuesto de 7 millones de euros.

El papel de los políticos y tecnócratas españoles en la primera, segunda y tercera división de las instituciones internacionales se mueve como un acordeón. Tras varios años en segundo plano, los nombramientos de los exministros de Economía, Luis de Guindos, y de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, como vicepresidente del Banco Central Europeo en 2018, y de la política exterior en 2019 de la UE, volvieron a elevar el listón. A ellos se les unirá el próximo enero en el entramado de la alta burocracia europea, Nadia Calviño, como presidenta del Banco Europeo de Inversiones, que con 550.000 millones de euros en activos, es clave en el reparto de préstamos a decenas de miles de proyectos.

La entrada de España en las instituciones europeas generó nuevas oportunidades para estas nuevas carreras. Hasta entonces, la presencia española a nivel internacional tuvo, además de Mayor Zaragoza, a su pionero en Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional. Tras ellos, otros dos exministros elevaron el listón de la presencia española. Uno, Javier Solana, como secretario general de la OTAN y predecesor de Borrell como responsable de la política exterior de la UE.

El otro, a comienzos de siglo,fue el exvicepresidente económico con José María Aznar, Rodrigo Rato, que ocupó la gerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). De este cargo dimitió oficialmente por razones personales en 2007, casi un año antes de que estallara la burbuja financiera global y se iniciara la gran recesión. Rato acabó presidiendo Bankia y sigue visitando los Tribunales de Justicia como acusado en diversas causas.

El negocio bancario ha sido destino de economistas españoles de prestigio. José Manuel Campa, cuyo nombre siempre suena como ministrable, fue secretario de Estado de Economía de 2009 a 2011, trabajó en Iese y Banco Santander, antes de que en 2019 fuera nombrado presidente de la Autoridad Bancaria Europea, que regula y supervisa el sector bancario de la Unión. Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España, llegó a ser director del Banco de Pagos Internacionales (BPI) en Basilea, organización controlada por los bancos centrales y que también sirve -una más- para regular y supervisar el sector bancario. Caruana, que pasó por el FMI como director de Mercados Monetarios y de Capitales del FMI, junto a otras instituciones es consejero del BBVA.

Con un curriculum inagotable, exvicegobernador del Banco de España, José Viñals es otro reputado economista español, presidente del banco británico Standard Chartered, que ocupó en el FMI el mismo cargo que Caruana. Fue, además, portavoz del FMI para asuntos financieros. A esta lista se une José Manuel González-Páramo, profesor de Iese, además de haber sido asesor en distintas facetas en el FMI, Banco Mundial, UE, OCDE y exmiembro del comité ejecutivo del Banco de España y BCE. A vicepresidenta del Banco Mundial también llegó otra exministra con Aznar, Ana Palacio, cuya hermana Loyola fue comisaria europea.

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