El campo alza la voz

Patricio Simó

Patricio Simó

 Agricultores y ganaderos continúan dando la batalla en la calle para que se atiendan sus reivindicaciones. Las movilizaciones continuarán mientras no se escuche su voz en Bruselas. Tras varias semanas de protestas por parte de todas las organizaciones agrarias, el sector agrario no puede seguir siendo utilizado como moneda de cambio en los acuerdos comerciales. Unos acuerdos perniciosos para el sector porque no recogen unas normas iguales para todos los países, favoreciendo así la competencia desleal. Se imponen unas normativas medioambientales muy estrictas que no se exige a los productos importados, procedentes de terceros países que inundan el mercado con sus productos. Se prohíben materias activas que son necesarias para combatir las plagas que son cada vez más resistentes y numerosas, al tiempo que no se nos protege de la entrada de plagas de otros países. Es el caso, por ejemplo, de la xylella fastidiosa o la avispilla en el almendro o del cotonet en los cítricos contra las que no existen tratamientos eficaces y, como, en el caso, de la xylella la única solución es arrancar los árboles infectados.

Pero, además, los agricultores han de hacer frente a grandes trámites burocráticos como es el nuevo cuaderno digital.

Todo esto es el resultado de una política agraria que se ha hecho de espaldas al mundo rural, redactada desde los despachos, sin ningún conocimiento del mundo rural. Las consecuencias de esta desidia, la sufrimos los propios agricultores y ganaderos, perdiendo cada vez más dinero en nuestras explotaciones agrarias. Consecuencia directa de esta situación es que cada vez se abandonan más campos de cultivo y la falta de relevo generacional hacen cada vez más difícil la supervivencia del sector primario, necesario para la supervivencia del ser humano.

El sector agrario lleva tiempo siendo ninguneado por parte de todos los gobiernos e instituciones, a pesar de ser un sector crucial en la economía de cualquier país. En España representa casi el 10% del PIB.