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Centenario del primer disco de jazz en España

Enrique Sanz Vila, introductor del bandoneón y el jazz en España. La Orquestina Nic-Fusly

Centenario del primer disco de jazz en España

Es curioso que este olvidado músico valenciano se constituya en el pionero español de un instrumento y un género que, en principio, tienen tan poco que ver aunque tango y jazz coincidan en ser las únicas músicas populares que, con bastante más de un siglo de continuada vigencia, conserven hoy su creatividad, sus muchos seguidores y su predicamento.

El bandoneón

Por lo demás, nada tiene que ver el melancólico bandonéon, un instrumento musical alemán, que, por su carácter portátil, se utilizó como sucedáneo del piano en las ceremonias de la iglesia protestante, con el jazz, una música negro-americana, civil y protestataria.

Sobre el vínculo de Enrique Sanz Vila y el bandonéon no he hallado otros testimonios que los del propio músico. En noviembre de 1922 declaraba a Heraldo de Madrid que con él había recorrido el mundo desde que en 1908 lo presentara durante un concierto en el madrileño teatro de la Zarzuela. Es esta la primera referencia al instrumento que he encontrado en la prensa española.

Desde estas manifestaciones de Sanz, habrían de pasar casi dos años para que el legendario compositor Eduardo Arolas, junto a su orquesta criolla, actuara en el madrileño hotel Palace (febrero-marzo 1924), aunque en tal ocasión se le da la denominación de «bandolión», lo mismo que en octubre de 1926, cuando Los Orlando tocan en el Teatro Alkázar. En 1927 aparecerá con su bandoneón Carlos Begliero y, poco más tarde, Manuel Pizarro, un mito del tango en París, actuando respectivamente en el Maipu Pigall's y en el Teatro Maravillas.

Pero no estaba muy lejos nuestro hombre: en noviembre de este mismo año aparece Enrique Sanz tocando con la Orquesta Ibáñez, en el Teatro Excelsior de la madrileña calle Barbieri.

Enrique Sanz sería, en cualquier caso, el introductor del bandoneón en España y, mientras no haya otras noticias -cosa poco probable ya que las primeras orquestas criollas no aparecieron por la Península Ibérica hasta la década del veinte- el músico valenciano se adelantó en más de quince años a sus continuadores. No sabemos cómo se procuró ese primer instrumento en fecha tan temprana. Por entonces y hasta mucho tiempo después, todos los bandoneones se importaban de Alemania y era Alfred Arnold, de Carsfeld (Sajonia), su constructor, con sus legendarios modelos A y AA, que hoy alcanzan precios altísimos. Con el tiempo fueron mejorando sus prestaciones hasta llegar a las cinco octavas cromáticas completas y estar perfectamente acordados con el piano. Las orquestas de tango hacia 1910 y, poco después, muchas de jazz, lo incluyeron en sus conjuntos.

El primer conjunto jazzístico español

Enrique Sanz Vila llegó con él a la primera orquesta de jazz compuesta por españoles que se formó en nuestro país, lo que remacha su condición de pionero. Era él quien en esta formación se encargaba de los arreglos musicales. Dicho conjunto se formó en octubre de 1919 para actuar exclusivamente en el Hotel Ritz de Barcelona, donde debutaron poco después, y tomó el nombre de Orquestina Nic-Fusly, cuyo nombre completo, tal como aparecía en sus primeros discos, era Orquestrinan Tzigan Americana Nic-Fusly. La denominación surgió de los apellidos de sus fundadores Gustavo Nicolau (director), que deshizo la Orquesta que dirigía en el Palace de Barcelona para formar la nueva, Miguel Fusellas (contrabajo y saxofón) e Isidro Pauli (piano y segundo director). Al principio constó de siete miembros que pronto se convirtieron en nueve. Además de los tres citados, figuraba Enrique Sanz Vila (viola y bandonéon pero que también tocaba el violín el, tubofón y jazz-band), el después tan popular Juan Durán Alemany, llamado «el hombre del ruido», por tener a su cargo cuarenta instrumentos, Andrés Mogas (viola y flauta de varas), Jenaro Oltra (saxofón y clarinete), Santiago Margenat (violoncello), Ramón Domínguez (contrabajo), Miguel Alfonso (2º violín).

La primera grabación

En junio de 1920 fueron también los primeros españoles en grabar discos de jazz: 19 registros para la marca Gramófono, con predominio del fox-trot pero en los que figuraban también estilos como el one-step, marcha, vals, fado o pericón. En fin, los de moda en la época.

Según la información que podemos extraer de las matrices, el primer disco en grabarse fue el que contenía los fox-trot: «Hindustán» e «Indianola», una grabación de la marca Gramófono fechada en junio de 1920.

Cuestión no totalmente aclarada es la de quién fue el primer español en tocar la jazz-band o batería. García Martínez afirma en su libro, Del fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996, que fue Pauli, mientras que Pujol Baulenas lo atribuye a Durán Alemany en Jazz en Barcelona 1920-1965. Sin embargo, en la citada entrevista de Antonio Cases (21-XI-1922), Sanz Vila afirma ser él quien toca el jazz band. No obstante, en las fotos que publicamos es Juan Durán el que se encuentra a cargo de la percusión.

En marzo de 1921 esta orquesta pionera en la grabación española de jazz, debutó en el hotel Palace de Madrid, donde continuó varios meses, mientras que durante la temporada de verano actuaba en el Kursaal de San Sebastián, es decir en los lugares más aristocráticos del país. El diario La Voz (2-IX-1922) no se cortaba en considerarla como «la mejor orquesta que hay hoy en España».

Pujol Baulenas nos informa sobre su modo de tocar en los inicios:

€fue la primera en España que, sin renunciar a la instrumentación habitual de las orquestrinas tziganes (formada en su caso por dos pianos y una sección de cuerda compuesta por tres violines, violoncelo y contrabajo), agregó una primitiva batería (compuesta por un enorme bombo, platillo, caja, cajitas chinas, bocina, triángulo, etc.), un swanee whistle, un banjo y, ocasionalmente, un saxo tenor, cuya ejecución corría a cargo de tres de sus propios músicos. Su idea fue suavizar y europeizar los considerados «estridentes y disonantes acordes» que producían lasa jazz-bands afroamericanas, haciéndolos agradables y gratos al oído. El resultado de esta orquestación produjo una música sofisticada y bien equilibrada, que dio lugar a un peculiar estilo de interpretar los sincopados ritmos 4/4 de los bailables modernos (one-step, foxtrot, shimmy). Su éxito fue tan notable que, rápidamente, trascendió fuera del distinguido ámbito del Ritz, convertido desde su inauguración en el lugar predilecto de reunión de la alta sociedad barcelonesa y del turismo aristocrático que visitaba la ciudad. (pp. 20-21).

La Nic-Fusly, con diversos cambios entre sus componentes, realizó una larga gira por Europa entre 1924 y 1929 y, tras la guerra civil, regresó al hotel Ritz pero, siguiendo la imposición de los tiempos, hubo de cambiar su nombre, que no tenía nada de extranjerizante, por el de Orquesta Nicolau, que continuaba siendo su director.

Enrique Sanz Vila

No sabemos en qué fecha se desvincularía de ella Enrique Sanz Vila, del que no tengo noticia que alguien haya escrito. Nacido en València el 15 de junio de 1881, aprendió música a escondidas de la familia. Cuando tuvo un acordeón de cuatro pesetas, pensó en modificarlo y en seis años, con material que trajo de Alemania, creó el acordeón-armonium, del que dice en 1922 ser el único que lo toca en el mundo. Lo más probable es que este hecho, cuyo rastro habría que seguir, estuviera el quid de su temprana vinculación con el bandoneón.

Ya en 1907 aparece con su nueva creación:

En los salones del Centro Regional Valenciano, ante numerosa y distinguida concurrencia, se ha celebrado un concierto a cargo del joven artista D. Enrique Sanz Viola, quien con el instrumento de su invención, acordeón-armonium, ejecutó selectas piezas de concierto, entre las que sobresalieron la sinfonía de Mefistofele, un poutpourri de aires españoles y el pasodoble «La entrá de la murta», que el público aplaudió con entusiasmo (Heraldo de Madrid, 27 de mayo).

Como arriba se apuntó, en 1908 dio en el madrileño teatro de la Zarzuela un concierto con el bandoneón, que llamó la atención de la Infanta Isabel que requirió su presencia en palacio. Por supuesto, sería interesante establecer las diferencias entre acordeón-armónium y bandoneón, si es que las hubo pero, más allá de la foto que publico, desconozco las características físicas del instrumento inventado por el valenciano.

El músico casó con en Zaragoza con Teresa Aguelo Fillola (15-X-1887 /29-VIII-1941), nacida en la capital del Ebro. En 1915 vino la primera hija, Teresa (1915), a la que siguieron, Enrique y Josefina.

En 1913 había escrito la música del drama lírico El Niño de Córdoba, que con buena recepción, se estrenó en el Teatro Principal de Zaragoza. En el mismo año, el barcelonés teatro Soriano acogió el estreno de la opereta Espuma de champagne, con texto del olvidado, pintoresco y muy interesante, José Fola Igúrbide, cuya extensa obra, fundamentalmente de carácter social y vindicativo aunque con aura místico-libertaria en la línea de Tolstoi, aparece entre 1885 y 1920. Sanz Vila estrenó también La perfidia de la Encarna o Quien más mira menos ve. En la entrevista de 1922 menciona otras obras que ha compuesto: «El bancalico» y «Tenorio de sangre azul» en tres actos. También dice tener editadas innumerables obras para canto y toda clase de instrumentos.

Durante los años de la República, llevó a la escena las zarzuelas La moza esquiva y El imaginero. Su última obra estrenada fue ¡Gitana de mi alma!, programada en el Teatro Ideal de Madrid, cuando ya la contienda civil daba sus boqueadas.

Desconocemos si Sanz Vila tuvo algún problema con la nueva situación, tras la entrada de Franco en Madrid. Su nombre desaparece y muere en la capital el 30 de junio de 1941. Tan sólo dos meses después, lo haría Teresa, su mujer.

Todavía nos faltan por saber muchas cosas que aclaren los puntos oscuros o vacíos de la vida de este compositor y músico pionero. Sirva esta aproximación como acicate.

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