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Marjene Satrapi: "El ser humano no merece el progreso del que disfruta"

La cineasta iraní acaba de estrenar «Madame Curie», retrato poco convencional de la que fuera científica revolucionaria y dos veces ganadora del Nobel.

«El ser humano no merece el progreso del que disfruta»

¿De dónde proviene su interés en Marie Curie?

Desde niña tuve dos modelos de conducta: uno era ella, y el otro era Simone de Beauvoir. Los adopté gracias a mi madre, que siempre me insistió en la importancia de ser una mujer independiente. Y me siento identificada con Curie. Ambas crecimos en sociedades opresivas y tuvimos que emigrar, y las dos tuvimos que abrirnos camino en industrias dominadas por hombres. Por supuesto, ella era un genio y yo no.

¿Ha hecho la película para convertir a Curie en un modelo para más gente?

En buena medida. Es inaceptable que hoy en día haya menos mujeres matemáticas que había hace cuatro décadas. Hacen falta más modelos de conducta femeninos. Hoy la mayoría de las adolescentes quieren ser influencers. Maldita sea, ¿qué tipo de trabajo es ese?

¿Es consciente de que, en todo caso, su película retrata a su protagonista como una mujer no especialmente amable?

Nadie gana dos premios Nobel siendo dulce y dedicando el tiempo a hornear pasteles. Me pidieron que suavizara el retrato de Marie, pero me negué. Cuando un hombre es un genio se le permite y está bien que sea un malnacido. Pero a una mujer no se le permite ser desagradable. También me identifico con Curie en ese desinterés en agradar. Yo misma odio al 90% de las personas, así que, si alguien no me tiene simpatía, me da lo mismo. Que le zurzan.

A principios del siglo pasado la sociedad estaba entusiasmada con la ciencia, y convencida de que el progreso siempre es algo bueno. Hoy, en cambio, muchos parecen dudar de eso...

En los últimos cien años hemos tenido muchas oportunidades de comprobar lo catastrófico que puede resultar el mal uso de los descubrimientos tecnológicos. Sin embargo, que Marie Curie desarrollara la teoría de la radiactividad no la hace culpable ni de Hiroshima y Nagasaki ni de Chernóbil. El progreso es fantástico; es increíble tener acceso a todos los volúmenes de la Enciclopedia Británica desde el móvil. Pero no debería ponerse en manos de según qué personas. A veces pienso que el ser humano no merece el progreso del que disfruta.

¿Está de acuerdo en que, de algún modo, su película usa a Marie Curie para atacar el trumpismo?

Al menos esa ha sido mi intención. En Francia, Marie fue víctima de la xenofobia y el antisemitismo, a pesar de que no era judía. Eran los momentos de gran inestabilidad política y económica, había que encontrar enemigos y, como sucede siempre, el blanco fácil fueron los extranjeros. Y los movimientos populistas de entonces no son sino variaciones de los que se han extendido por Estados Unidos, Inglaterra y Hungría de la mano de Trump. Por eso no conviene olvidar que aquella crisis desembocó en la primera guerra mundial. Quizá estemos más cerca de la tercera de lo que creemos.

Hace un momento ha recordado cómo, en su momento, tuvo que dejar su país. ¿Se plantearía la posibilidad de volver a Irán?

Aunque fuera bienvenida allí, no creo que volviera. Si lo hiciera, seguramente me estaría condenando a mí misma a ser torturada y pasar el resto de mi vida en la cárcel. En el país no va a cambiar nada a menos que se relaje la presión económica a la que ha sido sometido por parte de Estados Unidos, porque a causa de ella ha muerto la clase media iraní. En Irán los pobres no pueden pensar en nada más que sobrevivir, y los ricos no quieren que nada cambie. Sin clase media, allí todo seguirá igual.

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