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El caminante

Lamote de Grignon, el director desterrado

El 30 de mayo de 1943 la Orquestra de València celebraba su concierto inaugural en el Teatro Principal, con un programa que incluía dos preludios y fugas de Bach, la Sinfonía Inacabada de Schubert y dos danzas españolas de Granados. Entonces fue llamada «Municipal», calificativo que suprimió en 1990. Dirigía su fundador, el compositor, pianista y director catalán Joan Lamote de Grignon, que había formado la Sinfónica de Barcelona y llegó a dirigir en 1913 la Filarmónica de Berlín con un programa de obras propias. Había sido director de la Banda Municipal de esa ciudad, para la que compuso numerosos arreglos de obras del repertorio sinfónico. Ocupó la dirección de la OV hasta 1948, cuando la dejó por motivos de salud. Estuvo asistido por su hijo Ricard como subdirector.

Esta información se puede encontrar en internet al buscar la historia de la orquesta. Hay que investigar algo más para localizar las razones por las que los dos músicos catalanes se trasladaron a València: una orden gubernativa franquista que en 1939 los desterró de Barcelona por desafección al régimen. Ricard incluso llegó a estar en prisión y fue juzgado en un consejo de guerra sumarísimo que finalmente lo absolvió. Lo refiere con detalle Enric Canals en su interesante libro Delators. La justícia de Franco.

El principal delito de Ricard Lamote de Grignon fue componer una obra, hoy perdida, titulada 1936. Cartell simfònic, dedicada a levantar la moral de la población en la guerra. Fue interpretada por la Banda Municipal en un acto público celebrado en noviembre de 1936 en el Palau de la Música Catalana, que se abrió con el Himno de Riego y en el que también se interpretaron La internacional y Els Segadors. Había sido organizado por la Generalitat en homenaje a los rusos que combatían por la República. Aunque Ricard fue absuelto, perdió su plaza de teclado y percusión en la Banda y su padre, la dirección.

La concejalía de Cultura del Ayuntamiento de València estaba en manos del escritor Martí Domínguez, que había pertenecido a la Derecha Regional Valenciana de Luis Lucia y representaba una sensibilidad diferente en el franquismo de la inmediata posguerra. Hasta el punto de ofrecer puestos de responsabilidad a dos republicanos desterrados. El crítico discurso que pronunció Domínguez como mantenedor de la exaltación de la fallera mayor en 1958 sobre la actuación del Gobierno tras la riada del año anterior da idea de su carácter. Se titulaba Valencia, la gran silenciada. Cuando enmudecen los hombres... ¡hablan las piedras! El discurso, trasmitido por radio y editado, le costó la dirección del diario Las Provincias, que ocupaba desde 1949, de la que fue apartado por presiones del alcalde falangista Adolfo Rincón de Arellano.

El alemán Hans von Benda sucedió a Lamote de Grignon en 1948 en la dirección de la orquesta, que ocupó hasta 1952. En cierto modo también era un refugiado, aunque de signo distinto, ya que en Alemania estaba en la lista negra de los ocupantes aliados por haber pertenecido al partido nazi.

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