Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dime que me lees

Luna sin casa

Annie Ernaux está de nuevo en el candelero. Las noticias en torno a ella se acumulan. El mes pasado publicó Le jeune homme, un nuevo y breve relato, en el que cuenta la relación con un hombre treinta años más joven que la protagonista. En castellano, Cabaret Voltaire, que está traduciendo toda su obra, acaba de sacar Los armarios vacíos, su primera y pese a ello, imprescindible novela. Tras llevarse el León de oro a la mejor película en el último festival de Venecia, en España se ha estrenado con éxito El acontecimiento, un filme de Audrey Diwan, rodado a partir de su novela homónima. Junto a su hijo David Ernaux-Briot (director) ha presentado en la Quincena de los Realizadores de Cannes su película The Super 8 Years, construida con imágenes del archivo familiar filmadas entre 1972 y 1981 y un texto escrito y leído por la propia Annie Ernaux. Y, por si fuera poco, además de volver a figurar en las quinielas para el Premio Nobel de Literatura, la editorial L’Herne le ha dedicado el último de sus prestigiosos cahiers, unos apasionantes y hermosos cuadernos en gran formato, que reúnen textos inéditos, correspondencia, manuscritos, fotografías, estudios críticos y artículos de otros escritores.

De los diarios a las novelas, la narrativa de Annie Ernaux es una escritura de ida y vuelta. Una escritura que pretende elevar la vida a la altura de la literatura novelesca, como dejó escrito en Perderse. Ahora retoma esa idea en Le jeune homme, cuando (traduzco a vuela pluma) dice «si no las escribo, las cosas no llegan hasta al final, sólo habrían sido vividas». A menudo, añade, «hago el amor para obligarme a escribir». Y es que, sostiene la narradora, «deseaba que el final de la espera más violenta que hay, la de gozar, me hiciera experimentar la certeza de que no hay mayor disfrute que el de escribir un libro».

Los armarios vacíos es una novela indispensable en su narrativa, no sólo porque sea su primera novela, sino porque siéndolo explora y desarrolla dos circunstancias vitales que serán recurrentes en toda su obra, un aborto clandestino y sobre todo un buscado proceso de desclasamiento, a partir del cual podrá ser escritora. El lenguaje es un gran sello de clase, la joven protagonista es consciente y lucha para apoderarse de determinadas palabras, algo que, en principio sólo logrará en la expresión escrita. La oralidad denota su extracción social. De manera que esa especie de disglosia social marca el punto de partida de la literatura de Annie Ernaux. Una hermosa lectura para estos días en que la luna sin casa vaga por la ciudad y (perdónenme el pareado) sumergida en los calores, se posa en terrazas y balcones.

Compartir el artículo

stats