La vía pública se convirtió ayer al mediodía en un improvisado paritorio en Carcaixent. Una mujer de aproximadamente 38 años y de origen sudafricano dio a luz un niño en plena calle al romper aguas de manera precipitada en las escaleras de su domicilio mientras salía del mismo para dirigirse al Hospital de la Ribera tras sentir contracciones.
No le dio tiempo a llegar. Mientras intentaba subir al coche familiar, la cabeza del bebé empezó a asomar y la madre tuvo que ser atendida de forma improvisada por su marido, la suegra, una fisioterapeuta que casualmente estaba por la zona y la patrulla de la Policía Local, alertada a través de una llamada de los vecinos.
«Todo ha sucedido muy rápido, en unos diez minutos», explicaba a este rotativo uno de los agentes. Asistida por la fisio, el niño nació sin problemas. De forma rudimentaria, ante lo inverosímil de la situación, se tuvo que cortar el cordón umbilical con unas tijeras de cocina y se le hizo un nudo con unas pinzas de tender la ropa hasta la llegada en ambulancia de una médico y la comadre del centro ambulatorio.
Al nacer, el pequeño lloró, explican testimonios policiales presentes, aunque poco a poco su estado comenzó a empeorar, lo que aumentó el nerviosismo de los vecinos que se congregaban en el cruce de las calles Murillo y Bonaire donde sucedieron los hechos alrededor de las 12.20 horas.
Actuación médica
El bebé fue trasladado de inmediato al centro de salud de la localidad. Allí, el personal médico le limpió las vías respiratorias y logró mantenerlo en buen estado. Posteriormente, fue llevado en un SAMU al hospital alcireño, donde este viernes por la tarde, tras recibir la visita del especialista, permanecía junto a la madre en buen estado, según confirmaron fuentes sanitarias.
La parturienta, por su parte, fue enviada directamente al hospital universitario comarcal para ser atendida después de la pérdida de abundante sangre.
Pese a que por la lógica de los hechos sentía fuertes dolores y mareos, ayer por la tarde se encontraba con buena salud junto a su pequeño.
La identidad de la familia no ha sido desvelada por deseo de la misma. Según ha podido saber este periódico, se trata del tercer vástago de la mujer y de su esposo, de origen norteafricano.
Los servicios de limpieza municipales de Carcaixent tuvieron que actuar en la calle para eliminar los restos del parto, que acabó de forma feliz para los dos grandes protagonistas pese a lo rocambolesco del alumbramiento.
