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Cuando no se toma nota

Cuando no se toma nota

La crisis que estamos viviendo es la más importante que ha tenido el capitalismo después de la II Guerra Mundial. El problema es que las consecuencias de las contradicciones del capitalismo las estamos sufriendo las clases populares y la llamada clase media. En su afán de controlar toda la economía mundial han pasado del colonialismo invasor al colonialismo económico, sin abandonar sus influencias militares para poner gobiernos que les sean útiles para sus fines expansionista.

Hoy nos encontramos ante unos hechos terroristas que superan todas las previsiones. O mejor dicho, no preveyeron las consecuencias de sus actuaciones en los diferentes teatros de operaciones. Ya sea la división de Palestina; la intervención en Afganistán por parte de los soviéticos, y la creación de Osama-Bin Laden por los EE UU para combatir a los rusos. La invasión de Irak, el derrocamiento del Gobierno de Egipto, el asesinato de Muamar el Gadafi, Ben Ali en Túnez y en la misma cadena de la primavera árabe hasta llegar a Siria. Los errores cometidos por el mundo occidental han desencadenado la creación de un espíritu en un sector minoritario del islamismo convirtiendo a unos desalmados en terroristas sin escrúpulos.

Por todo ello, los mandatarios europeos y de EE UU tendrían que buscar la salida a esta situación creada por sus políticas expansionistas, y tomar nota de que la guerra de Irak, Afganistán y Libia no ha logrado el objetivo deseado. Al final los pueblos tienen su orgullo que en algunos casos deriva en fanatismo. Sin embargo, se está intoxicando para crear un caldo de cultivo favorable a una intervención militar.

La solución a lo mejor pasa por formar un ejército de sirios que combatiera sobre el terreno a los terroristas. ¿Por qué no? Serían los sirios los que combatieran ese problema y no fuerzas de ocupación extranjeras. En la reflexión de los líderes políticos tendrían que tomar nota que no se puede cargar sobre las clases más bajas las ansias de poder de los imperios financieros, creando marginación y guetos, por ser un caldo de cultivo para captar jóvenes dispuesto a los crímenes más horrendos. Por todo ello, yo me pronuncio en contra de una intervención militar con tropas terrestres, que no sean de su propio estado. Por la Paz, no a la guerra.

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