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Fiestas

Vva. de Castellón regula las fiestas juveniles para evitar choques con los vecinos

El ayuntamiento aprueba una ordenanza específica ante la proliferación de casales y obliga a inscribirlos en un registro y designar un responsable - La norma incide en que los usuarios evitarán generar molestias y ruidos

Vva. de Castellón regula las fiestas juveniles para evitar choques con los vecinos

La proliferación de locales en los que se reúnen grupos de adolescentes y jóvenes en sus ratos de ocio ha llevado al Ayuntamiento de Villanueva de Castellón a elaborar una ordenanza específica para intentar que estos casales juveniles no se conviertan en un foco de problemas con los vecinos. La nueva norma, que prevé sanciones de hasta 3.000 euros, establece como primera medida la obligación de inscribir estos casales en un registro municipal creado al efecto y la designación de una persona responsable del local, así como la relación de usuarios, con la autorización paterna en el caso de tratarse de menores. «Regular esto es difícil, pero intentamos que, de alguna forma, haya un control, que la gente se sensibilice un poco», comentó ayer el alcalde, Òscar Noguera, quien si bien no supo cuantificar cuántos locales de este tipo hay en el casco urbano, no dudó en señalar que «bastantes». Esta práctica no es exclusiva de Villanueva de Castellón, ya que en otros municipios se ha implantado la costumbre de alquilar bajos o garajes donde cada fin de semana, especialmente por las noches, se reúnen grupos de amigos. El alcalde dijo no tener constancia de que pueblos del entorno hayan regulado estos locales, aunque señaló que sí conocía otros casos.

Noguera detalló que, en el caso de V. de Castellón, esta alternativa de ocio se arrastra desde hace ya años, inicialmente coincidiendo con las fiestas, aunque se trata ya de locales permanentes. «Este fenómeno exige una nueva forma de entender la convivencia entre la juventud y el vecindario, porque aunque estos locales tienen carácter privado y son de acceso restringido al agrupo de amigos, a los miembros de la 'cuadrilla' y a los que ellos autoricen, la verdad es que acaban repercutiendo en la vida diaria de otros vecinos a causa del ruido y otras molestias que generan», argumenta la ordenanza, que subraya que el ayuntamiento recoge así la necesidad de regular una realidad social creciente «al tiempo que garantizar el correcto descanso y la seguridad del vecindario».

La ordenanza, a través de sus 25 artículos, intenta conciliar los derechos y deberes de inquilinos y vecinos y determinar responsabilidades en caso de incumplimiento. La norma hace hincapié en que los usuarios de estos casales evitarán causar molestias y no podrán generar emisiones sonoras mayores que cualquier otra vivienda. En esta línea, señala que los aparatos de música u otros susceptibles de generar molestias deberán dejar de funcionar a las 22 horas los días laborables y a medianoche los festivos y las vísperas. Por otra parte, la norma subraya que, por las noches, los usuarios de estos casales «evitarán concentrarse en la calle», al tiempo que recuerda la obligación de cumplir otras ordenanzas como la de horarios o limpieza. También incide en que está prohibida la venta o dispensación de bebidas alcohólicas a menores de 18 años.

La Policía Local podrá precintar cautelarmente aquellos casales que no cumplan los requisitos que establece la ordenanza o realicen actividades que excedan de las propias de un local juvenil.

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