En la evaluación de la campaña arrocera se tienen en cuenta diferentes datos pero sin embargo hay uno que siempre sobrevuela la mente de los labradores: el precio que se paga por kilo producido. En palabras del presidente de la Cooperativa de Sueca, José Luis Mariner, «un precio vergonzoso». El dirigente de la Ribera Baixa critica la inexistencia de un precio de garantía que pueda asegurar a los agricultores unos valores mínimos a los que acogerse para que la producción, por lo menos, cubra los gastos. Sin embargo, dicho precio mínimo se eliminó hace años y desde entonces los agricultores se ven sometidos a una incertidumbre que complica las gestiones todos los años.
El precio de este año volverá a ser insuficiente, según las consideraciones de Mariner. «Los gastos han aumentado un 20 % este año y si fuese por el precio que nos pagan no tendríamos suficiente para costear lo que nos gastamos. Dependemos de las ayudas que llegan desde la conselleria y la Unión Europea», arguye Mariner.
Sin embargo, el periodo de cobro de dichas subvenciones se va alargando y muchos labradores de Sueca siguen sin cobrar ayudas asignadas a la temporada 2015. Eso sí, las diferentes administraciones han asegurado la concesión de ayudas hasta el año 2020, por lo que los arroceros de la Ribera tienen asegurado un colchón que les permite contar con una situación mucho más halagüeña que otros agricultores, por ejemplo, dedicados a la naranja.
Subida de gastos
Los agricultores vinculados al arroz han observado este año una subida cercana al 20 % en los diferentes gastos, por lo que los beneficios se han reducido considerablemente. «Las políticas europeas nos prohíben la utilización de diferentes herbicidas y fitosanitarios durante los primeros meses pero después siempre acaban cediendo y cuando acudimos a los comercios para la compra la demanda es muy alta y los precios son elevadísimos. Todos los años son medidas de excepción pero todos los años acaban dejándonos porque saben que los labradores somos los más ecologistas por una simple razón: no queremos intoxicarnos con los productos que gastamos a diario», explica el presidente de la cooperativa de la Ribera Baixa. Con todo, suben los gastos y se mantienen los ingresos.
