El grupo Blauverd inauguró en abril de 2007 unas nuevas instalaciones tras cerrar el ejercicio anterior con unos beneficios históricos de 30 millones de euros. Eran los años del «boom» inmobiliario, aunque en la inauguración ya se aludió a la necesidad de buscar nuevas estrategias ante el proceso de desaceleración del sector. La flamante sede se construyó sobre una parcela de 13.000 metros cuadrados en el polígono Tisneres y pocos años después acabaría en manos de una entidad bancaria al no poder hacer frente la empresa a los compromisos del «leasing» inmobiliario formalizado. Blauverd regresó a la sede anterior de la plaza de la Constitución para seguir con su actividad y rehacerse de los efectos de la crisis. Miquel Martí confirmó que el edificio se ha comprado a Bankia.
