El fútbol femenino no hace más que crecer pero siguen siendo necesarios campeonatos base que consoliden el futuro. Así lo entendieron en Benimodo. El Madrid CFF se llevó hacía la capital el I Torneo Laura Ots, de categoría infantil, disputado en la localidad ribereña. El conjunto entrenado por Alba Mellado, jugadora de la primera plantilla del equipo de Liga Iberdrola, que unas horas antes había disputado un partido de la máxima competición, demostró su potencial tras haber cosechado dos ascensos de forma consecutiva en una liga en la que el resto de equipos son masculinos.
Espectadores de lujo como el seleccionador territorial José Andrés Menchero; el presidente del Cotif, Eliseo Gómez; o Eduardo Revert, delegado de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana en la Ribera y la Safor; presenciaron esta primera edición que ni la intermitente lluvia hizo que desluciese.
El primer encuentro deparó un derbi valenciano entre Valencia y Levante que se llevaron las blanquinegras por 2-0. Las granotas, recién aterrizadas en el fútbol 11 y con un equipo integrado por mucha gente nueva, lo intentaron de varias formas y gozaron de ocasiones que finalmente no pudieron materializar cosa que sí aprovecharon las che, un conjunto con integrantes de más envergadura.
Tras este encuentro llegó el turno del Madrid CFF que no decepcionó y venció a las valencianistas también por 2 goles a 0 destacando la figura de Vicky López, la posiblemente jugadora infantil más prometedora del país lo cual dejó patente con una asistencia en la que se zafó de hasta cuatro rivales justo antes de meter en el área un balón de gol. En el último encuentro entre las capitalinas y las blaugranas confirmaron las primeras su victoria en el torneo con un resultado de 5-3 en el que de nuevo Vicky se lució, esta vez en el apartado goleador con un póker de goles frente a un Levante que con valentía presionó y no se dio por vencido a pesar del marcador. Más allá de triunfos o derrotas, de levantar o no una copa, quedó patente una vez más que el fútbol femenino goza de buena salud desde sus categorías base, que la competitividad es alta y sana y que hay mucho talento desde el comienzo. Sobresalió también el respeto entre aficionados, padres y madres incluidos, y árbitras, sin malas palabras ni insultos, aplausos y ánimo, cada cual a los colores que representa, también a las rivales, siempre con el fin del aprendizaje y adquisición de buenos valores que no solamente servirán para la vida dentro del terreno de juego, también fuera de él.
