Los agricultores necesitan esperanzarse para poder seguir en pie pero los especialistas son cautos. Todos los nuevos cultivos tienen obstáculos que deben ser estudiados con anterioridad para no seguir «tirando el dinero». El entrecomillado pertenece a Celestino Recatalá, el presidente de la nueva Asociación de Productores de Aguacates (Asoproa) que ha nacido en el territorio valenciano para gestionar, de la mejor manera posible, la expansión de un cultivo subtropical que está siendo magníficamente recibido en la comarca ribereña. De hecho, el último mapa de superficies publicado por la Conselleria de Agricultura estima en treinta y siete hectáreas la extensión de este cultivo en la Ribera cuando hace alrededor de veinte años apenas se conocía un campo en Alginet.

Y es que el nuevo colectivo es claro: Si el microclima no es el adecuado hay muchas posibilidades de fracasar. «No queremos crear falsas expectativas y el agricultor debe saber que el aguacate, por sus características, no se puede establecer en todo el territorio valenciano. Por ejemplo, hay que analizar dónde están los campos para saber si en dicha zona las temperaturas se sitúan en algún momento del año por debajo de los cero grados o por encima de los treinta. No es fácil plantar aguacates y los labradores deben saberlo antes de tirar el dinero», argumenta Recatalá.

Por todo ello, el presidente de Asoproa pide a los agricultores que antes de realizar cualquier tipo de inversión se asesoren e incluso realicen un estudio pormenorizado tanto de las condiciones climáticas como de la calidad del agua. Eso sí, el máximo dirigente del ente ya adelantó que las condiciones, por ejemplo hídricas, de la Ribera, «son perfectas».

El experto en el cultivo Tomás Faulí defendió en declaraciones a este periódico hace unas semanas que el aguacate «tiene mucho futuro», pero también dejó claro que se trata de una «alternativa parcial» a la naranja, ya que no se puede plantar en cualquier lugar. De hecho, «Es una planta superexigente y muy sensible, o la mimas muy bien y la colocas en los sitios adecuados con las condiciones que necesita o no tiene futuro», expuso el ingeniero agrónomo Francisco Pascual, director de explotaciones de aguacate en Andalucía, Murcia y la Comunitat Valenciana, mientras destacaba que se viene de una campaña en que la fruta alcanzó un precio récord de 3,30 euros el kilo en el campo aunque, alertó, «el comercio opina que va a ser difícil que se vuelva a repetir porque se ha plantado mucho aguacate por todo el mundo y el aguacate español tenía antes un plus de calidad frente al de origen sudamericano que un consumidor finlandés, inglés o alemán estaba dispuesto a pagar, aunque eso se está reduciendo y cada vez la competencia es más grande». La demanda del mercado europeo aumenta entre un 25 y un 30 % anualmente, pero es muy probable que en los próximos años, con la entrada en producción de las fincas que se plantaron hace tres años, aumente también mucho la oferta.

Jornada internacional

Para ayudar en este proceso y que el aguacate consiga ser un cultivo reconocible, desde el colectivo Asoproa se quiere «promover o participar en campañas de promoción, publicidad o difusión del conocimiento y consumo de los aguacates», así como fomentar «el asociacionismo entre los profesionales del sector, como único medio para solucionar los problemas y prestar servicios a sus socios».

En esta línea, la idea de Asoproa es la de realizar diversos encuentros con agricultores de diferentes partes del territorio regional para explicar cuáles son las condiciones de producción del aguacate. Asimismo, el 11 de mayo, la asociación organizará una jornada internacional con ponentes de la Universidad Católica de Valparaíso (Chile) a través de la cual conocer «cómo llevan realizando ellos el cultivo del aguacate y si se puede aplicar eso aquí», destaca Recatalá.