La ampliación del barranco de la Casella a 25 metros de anchura desde que confluye en él el Barranc de l'Estret y hasta su desembocadura en el Xúquer, una intervención que obligaría a reordenar el acceso por la antigua carretera de Carcaixent para ampliar la luz del Pont de Xàtiva, es una inversión imprescindible para proteger el casco urbano de Alzira de las inundaciones que provocan los barrancos, mientras que la construcción del malecón de Tulell, un antiguo proyecto que la conselleria dejó aparcado hace décadas, reforzaría la seguridad cuando la amenaza procede del Xúquer. Son dos de las obras que ayer suscitaron un mayor consenso en el debate convocado por la Federació d'Associacions de Veïns d'Alzira con los candidatos a la alcaldía en un intento de definir prioridades para mejorar la protección de la ciudad frente a inundaciones, que contó con la participación del ingeniero que realizó el estudio de inundabilidad del PGOU vigente, Xavier Machí.

La intervención del técnico dejó claro que las propuestas que realizó por escrito hace más veinte años siguen vigentes, ya que no se han materializado, y pasan por un desvío que derive el barranco de Barxeta directamente al Xúquer, la ampliación del barranco de la Casella y mejorar también la capacidad de desagüe del barranco de l'Estret en su trayectoria hacia la Avenida de la Ribera.

Los candidatos coincidieron en la necesidad de acometer inversiones para reducir el riesgo de inundación aunque, tras unas primeras intervenciones en favor del consenso, llegó la colisión. Las fuerzas que integran el actual gobierno tripartito (Compromís, PSOE y EU-l'Esquerra) defendieron la construcción del Canal de Les Basses y señalaron que toca priorizar la segunda fase del proyecto, que interceptará el agua de todos los barrancos de la cuenca y la canalizará hacia el canal ya ejecutado, que el represente del PP, Enrique Montalvá, descalificó abiertamente. El popular expuso que el desdoblamiento de la Avenida de la Ribera que el tripartito, de común acuerdo con el Ayuntamiento de Carcaixent, paralizó para destinar el dinero al canal, ejercía también como receptor de aguas y que el proyecto incluía un canal de evacuación diferente al ejecutado.

Tanto Diego Gómez como Fernando Pascual rechazaron esta exposición y el edil socialista replicó que la construcción del canal es la única obra contra inundaciones que se ha ejecutado en Alzira «en los últimos cuarenta años».

Xavier Machí comentó que la idea del canal concebido como un sistema urbano de drenaje sostenible es buena, ya que un proyecto bien ejecutado puede reducir un 50 % el caudal que llega a la desembocadura, si bien mostró dudas sobre la capacidad debido en parte a las pendientes que hay en la zona. De hecho, dejó entrever en varias ocasiones que no se debería descartar para el futuro la construcción de un segundo canal «más arriba».

El técnico, en cualquier caso, dejó claro que el problema de inundabilidad de Alzira no se puede resolver con una obra concreta, apuntó que el problema de les Basses es independente de muchas de las actuaciones que se puedan realizar en barrancos y llegó a alertar de que un episodio de inundaciones como el de 1987 podría volver a pesar en cualquier momento ya que, en materia de inundaciones, «garantía absoluta no existe».