Juan Albert no parece amedrentarse por la política de acoso y derribo que han plantado en estas primeras semanas de la legislatura los partidos de la oposición carcaixentí. El último episodio se produjo el pasado jueves, con la denuncia tramitada por la formación a la que pertenecía, Ciudadanos, contra los partidos del gobierno por haber contravenido puntos de los reglamentos de funcionamiento interno de los ayuntamientos a la hora de asignarle delegaciones y retribuciones a Albert. El actual regidor de Servicios Públicos del consistorio declaró al respecto que no había cambiado el voto de Ciudadanos «en ningún momento», recordando cómo la formación naranja se abstuvo en el pleno de investidura que acabó con Paco Salom siendo reelegido alcalde de Carcaixent. «Y tampoco han lanzado ninguna moción de censura al final. Yo estoy manteniendo la postura del día de la investidura, han sido ellos quienes han virado su política», añadió.
Albert defendió que él, en último término, se debía a «los miembros de Gent de Carcaixent», el partido independiente que encabezaba en anteriores legislaturas y que se integró en Ciudadanos de cara a las últimas elecciones municipales. «Lo que pide Gent de Carcaixent es que dé estabilidad al gobierno», declaró. El edil aprovechó para recordar, en este punto, cómo «el 70 o el 80 % de la lista de Ciudadanos» la había aportado él mismo, lo que era, a su parecer, prueba suficiente de que no se le podía acusar de haber «traicionado» a Ciudadanos. «El partido no tenía lista, ni estructura en la Ribera», explicaba, «solo hay que ver lo que ha ocurrido en otras localidades de la comarca». Albert lo ejemplificó con los casos de Alberic, donde hasta el último momento la formación naranja, trató, sin éxito, de que Ciutadans per Alberic se integrase en Ciudadanos; y con el de La Pobla Llarga, donde un error burocrático truncó en el último momento la candidatura de Ciudadanos. «Y aquí, si no es por Gent de Carcaixent, tampoco se habrían presentado», reivindicó el concejal, para añadir cómo le «sorprende» que ahora el partido siga lanzando flechas contra él.
Juan Albert reiteró su mensaje al respecto de su trayectoria: «Anteriormente he gobernado con el PP, y también con el PSOE. Ahora con Compromís. Siempre en busca de la estabilidad», significó. «El PP, ahora, y Ciudadanos, parece que tan solo quieren bloquear la gobernabilidad del pueblo», expresó, tras lo que redobló sus críticas sobre la formación naranja por sus «volantazos». «En Albacete ha apoyado un gobierno del PSOE. Aquí mismo, en la Ribera, han entrado en alcaldías con los socialistas. ¿Qué criterio mantienen aquí?», se preguntaba el regidor. «Vamos a intentar hacer un buen gobierno, buscar inversiones... A la gente le interesa eso, y no llenar hojas de periódico», remató.
«He unido a la derecha»
Albert ironizó sobre cómo se ha convertido en el nexo en común para la oposición conservadora de Carcaixent. La opción de gobierno que parecía más viable el día después de las elecciones, un tripartito con PP, Units per Carcaixent y Ciudadanos, se acabó truncando por la falta de acuerdo entre ellos, escenario que Paco Salom aprovechó para pactar con el PSOE, sumar a Juan Albert a su causa y renovar la vara de mando. «Finalmente he conseguido unir a la derecha de Carcaixent», señaló en tono burlón, para después añadir que tenían «todo el derecho a una pataleta», quitándole hierro a las posibles consecuencias de la vía judicial abierta por PP y Ciudadanos.
