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Análisis

El PP mejora resultados en la Ribera pero queda a expensas de Vox y Cs

Los populares ganan unos 3.000 votos entre abril y noviembre pero pierden más de 60.000 desde las elecciones de 2011 - La ultraderecha amenaza con un "sorpasso" en los próximos comicios

El PP mejora resultados en la Ribera pero queda a expensas de Vox y Cs

Son malos tiempos para el Partido Popular. Desde que quedó salpicado por múltiples casos de corrupción y con la irrupción de otras dos fuerzas políticas conservadoras que le disputan el electorado ha perdido fuelle. Aunque el escrutinio del pasado 10 de noviembre supuso una ligera mejoría con respecto a los comicios de abril, lo cierto es que el PP vive su particular década ominosa. Desde 2011 ha perdido más de 60.000 votos en la comarca. Se plantea, por tanto, un escenario en el que para gobernar necesitará pactar con la ultraderechista Vox, algo que no convence a los sectores más moderados.

Hace una década, el Partido Popular era dueño y señor de la derecha, una formación capaz de gobernar con mayoría absoluta tanto en España como en los gobiernos autonómicos y locales. Sin ir más lejos, fue en el año 2008 cuando registró su mejor resultado en la Ribera. En las elecciones generales de aquel año, pese al triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero, la Comunitat Valenciana era un feudo popular inexpugnable y el PP cosechó en la comarca 97.466 votos.

La cifra cayó ligeramente en las generales de 2011, pero el PP seguía siendo la fuerza más votada en la comarca. La candidatura de Mariano Rajoy superó ligeramente los 95.000 apoyos, convirtiéndose en el claro vencedor de un proceso electoral en el que el bipartidismo todavía no daba síntomas de debilidad (la tercera fuerza con más representación en el Congreso fue Convergència i Unió con 16 escaños).

A partir de ese momento, el apoyo al Partido Popular cayó de manera estrepitosa. Implicado en numerosos casos de corrupción y con un Ciudadanos en auge, el PP ha perdido decenas de miles de votos en los últimos años. Sin ir más lejos, en las elecciones de 2016 su apoyo en la comarca se desplomó y solo obtuvo el respaldo de 56.487 personas. No obstante, su pico más bajo se produjo en los comicios generales del pasado mes de abril, cuando los sufragios obtenidos por los populares se redujeron hasta contabilizar 29.596 votantes, una tercera parte del respaldo obtenido a principios de la década. Pese a ello, el pasado 10 de noviembre experimentaron un ligera mejoría que les permitió alcanzar los 32.921 votos.

Bipartitos o tripartitos

Hace nueve días, los populares fueron la fuerza más votada en Guadassuar, Sellent, Alfarp y, por lo que respecta a la Ribera Baixa, únicamente en Corbera. Curiosamente, en dicha localidad el Partido Popular no era la fuerza más votada desde 2011, año en el que la alcaldía pasó de los conservadores a las manos de Compromís. El PP logró un nivel de apoyo superior al 27 % en Guadassuar, Càrcer y Catadau.

No obstante, a consecuencia de la fragmentación del voto, quedan lejos las mayorías absolutas. Se impone una estrategia que no le gustaba al PP pero que ahora se antoja inevitable: gobiernos bipartitos o tripartitos. Cuando las coaliciones de izquierdas le arrebataron alcaldías hace cuatro años, el PP las consideraba deleznables porque daban poder a partidos radicales. La dispersión del voto provoca hoy que los acuerdos sean, para todos, imprescindibles. Antes de desplomarse, Ciudadanos parecía su mejor aliado, pero ahora ni su apoyo garantizaría ejecutivos locales sólidos. Sólo queda la opción de pactar con un Vox que, envalentonado tras su éxito electoral, se ve con fuerzas de disputarle la victoria.

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