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Una función para la Memoria Histórica

Cachivaches estrena en Carcaixent su versión de la célebre obra «Las bicicletas son para el verano»

El elenco de la obra se congratula tras el buen recibimiento por parte del públi presente en el Teatre don Enrique de Carcaixent. RICARDO CARRILLO

El grupo de teatro aficionado Cachivaches, de Carcaixent, debutó en el Teatre don Enrique con «Las bicicletas son para el verano», obra clásica del ilustre dramaturgo Fernando Fernán Gómez. En ella, el hambre, el miedo y las penurias de la guerra se convierten en inquilinos de una comunidad de vecinos del Madrid de 1936.

A la cita, organizada por la concejalía de Memoria Histórica, acudieron alrededor de 700 personas, llenando por completo el patio de butacas. De entre el público, algunos (los más mayores) se estremecían al volver a oír el sonido de las bombas y las ametralladoras. Sin embargo, lo más común fueron las risas, inducidas por unos diálogos mordaces.

Éste fue el primer ensamblaje en un escenario del grupo Cachivaches, un colectivo que investiga el patrimonio y la historia local y lo encarna a través de representaciones teatralizadas a pie de calle en diferentes actividades del municipio, como en la Fira Modernista o en Les Nits de Patrimoni. «En tres meses hemos montado algo que normalmente cuesta de seis a nueve», admitió, tras la representación, Consuelo Jaular, impulsora del grupo y directora de la obra.

Por su parte, el concejal de Memoria Histórica del consistorio carcagentino, Raimon Marí, se congratulaba por el «éxito» obtenido por la obra en su estreno: «Ha tenido una excelente acogida». «De forma artística y didáctica, hemos querido acercar a la ciudadanía uno de los episodios más oscuros de nuestra historia reciente, y así poner en valor la importancia de la memoria democrática», reveló el edil, y proclamó: «Seguiremos apostando por este tipo de actividades que pretenden trasladar a la ciudadanía valores tan importantes como la verdad y la justicia».

Marí sostuvo que «programar esta obra era importante para que la gente pueda ponerse en el lugar de esas familias, que se identifique con ellas, y entender así lo que significó la Guerra Civil. No se habla de conflicto ni de frentismo, sino de cómo las personas afrontan las consecuencias». «Es fundamental que los vecinos comprendan la historia para entender la realidad e implicarlos de forma activa», concluyó Marí.

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