El Ayuntamiento de Alzira ha acordado decomisar un perro de la raza American Bully que apareció ensangrentado junto a una nave industrial al considerar tanto el veterinario como la Policía Local que las heridas que presentaba eran compatibles con un presunto caso de maltrato animal. El departamento municipal de Sanitat ha dado parte a la fiscalía y trasladado el animal a una casa de acogida mientras se resuelve el procedimiento judicial.
Se trata del segundo perro que decomisa el ayuntamiento por sospechas de maltrato. El caso anterior se remonta al mes de mayo del año pasado cuando, de madrugada, la policía fue alertada de los ladridos y aullidos de dolor de un can en el interior de una casa y al interesarse por lo que estaba sucediendo se encontraron con un Husky siberiano malherido en el morro. La persona que identificaron los agentes en el inmueble reconoció que le había golpeado con una pala, un impacto que provocó que perdiera mucha sangre.
En este segundo caso, una persona que detectó hace un par de semanas a una hembra de American Bully herida que se había refugiado en su parcela alertó a la Policía Local de Alzira que, según ha explicado la concejal de Sanitat, Gemma Alós, en aplicación del protocolo, trasladó al animal a una clínica veterinaria.
Pendientes de los tribunales
La edil señaló que se sospecha que el animal, que portaba el chip identificativo, podía haber sido utilizado como «sparring» en peleas de perros por las heridas detectadas. «Todo encaja con un presunto caso de maltrato, el informe de la veterinaria era muy contundente», relató Alós, mientras señalaba que con los informes de la veterinaria y la Policía Local «no podíamos admitir que volviera a casa», por lo que se ha entregado en acogida de forma temporal. «La justicia dictaminará si hay maltrato o no», señaló.
