Alcaldías que se deciden por unos pocos votos en la Ribera

Todos los análisis que se realizaron antes del paso por las urnas el pasado domingo 28 de mayo hablaban sobre unas elecciones muy reñidas. Cualquier escenario parecía factible y cada papeleta se intuía importante a la hora de decantar las mayorías hacia la derecha o la izquierda. En algunas localidades de la Ribera, el recuento final estuvo tan ajustado que un puñado de votos decidió el resultado.

El caso más significativo es el de Sellent. En un pueblo con algo menos de 300 electores, se presume de antemano que cada vecino tiene en su mano la posibilidad de decidir qué rumbo tomará el ayuntamiento durante los próximos cuatro años. El PSPV arrebató la alcaldía al PP por ocho votos. El resultado final fue de 139 a 131 (cuatro y tres concejales, respectivamente). En las elecciones del año 2019, los populares ganaron por 146 a 121, una diferencia de 25 papeletas que ya parecía un resultado ajustado. Cuatro años después, la ventaja del partido vencedor se ha reducido a ocho. En base a dicho resultado, los socialistas volverán a gobernar en Sellent casi treinta años después, en esta ocasión, bajo la batuta de Jordi San Martín.

Menos de 40 en Montroi

Las elecciones de Sellent representan el recuento más reñido de la Ribera, aunque no es el único que se decidió por muy poco. En otras poblaciones el margen entre la lista con un mayor respaldo y la segunda opción más votada también es realmente estrecho. En Fortaleny, por ejemplo, el PSPV retuvo la alcaldía al imponerse al PP por sólo 29 votos. Los socialistas han perdido apoyos con respecto a 2019 (465 sufragios entonces por los 377 actuales), mientras los populares han pasado de 275 a 348. A pesar de su gran crecimiento, ha sido insuficiente. El reparto de ediles ha pasado de 6 para el PSPV y 3 para el PP a 5 y 4, respectivamente. Con todo, Antonio Sellés y su equipo podrán gobernar con mayoría en uno de los feudos socialistas más importante. En Fortaleny, las siglas del PSOE han encabezado la lista electoral desde las primeras elecciones municipales, en 1979.

La diferencia en Montroi no fue mucho mayor que en Fortaleny. Vanesa Baixauli (PP) fue la candidata más votada el 28-M. Su nombre figuraba en 478 de las papeletas depositadas en las urnas. El regreso de Manolo Blanco al frente de la lista del PSPV permitió a los socialistas ganar un centenar de apoyos con respecto a las pasadas elecciones y situarse a tan solo 39 de los populares (439).Como ha avanzado Levante-EMV, los partidos independientes tendrán en su mano el futuro gobierno ya que los cuatro escaños obtenidos tanto por PP como por PSPV son insuficientes para gobernar en mayoría en un consistorio de once ediles.

Desplome de Compromís

Mención aparte requiere el caso de Favara. Tres partidos (Compromís, PP y PSPV) se disputaban la alcaldía. El crecimiento del apoyo socialista ha dejado lo que ya fue un consistorio reñido en 2019 (con cinco concejales para Compromís, cuatro para el PP y dos para el PSPV) en uno todavía más igualado. La mayor participación con respecto a las elecciones de hace cuatro años se ha traducido en una diferencia de 143 votos...entre las tres formaciones. Los nacionalistas repitieron como opción preferida por el electorado al hacerse con 565 sufragios, mientras que los conservadores fueron segundos con 490. La candidatura socialista recibió 422. Unas cifras que implican un reparto de cuatro escaños para Compromís, otros tantos para el PP y tres para el PSPV.

Una situación similar se ha producido en Castelló. En menos de doscientos votos, 162 para ser exactos, se encuentran también tres partidos. Compromís perdió tres concejales y casi un millar de apoyos, lo que dejó un resultado muy igualado. El PP fue el partido más votado, 1.231 papeletas llevaban sus siglas. El PSPV se quedó a menos de cien votos de los populares al recabar 1.134. La formación nacionalista, por su parte, se quedó en 1.069. Unos resultados que, en la traslación a escaños, han supuesto un triple empate a cuatro.