El PSPV mantiene su hegemonía en la Ribera al duplicar en alcaldías al PP

Los socialistas presiden 25 ayuntamientos tras las sesiones de investidura frente a los doce gobernados por munícipes populares

Las alianzas postelectorales afianzan la hegemonía del PSOE 

La izquierda suma más de 30 localidades

Reelección de Jordi Mayor como alcalde de Cullera.

Reelección de Jordi Mayor como alcalde de Cullera. / Levante-EMV

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Las victorias electorales depararon a los partidos políticos de la Ribera unos resultados que no siempre se han traducido en alcaldías para sus candidatos. Los pactos de gobierno quedaron consolidados el pasado fin de semana en las sesiones de investidura y depararon más ayuntamientos al bloque progresista. Finalmente, el PSPV dirigirá 25 consistorios, por los 12 del PP (incluido el de Guadassuar, donde la nueva corporación no ha tomado todavía posesión). A estos cabe añadir cuatro de Compromís, dos de Esquerra Unida y cuatro de formaciones independientes.

Los resultados surgidos de las urnas dejaron varias poblaciones en el aire, a merced de pactos que debían negociarse en las semanas previas a los plenos de investidura. De hecho, la noche del 28 de mayo proclamó vencedores a 21 candidatos socialistas y a 18 populares. Mientras que sólo dos valencianistas fueron los más votados por sus vecinos. En el caso de Esquerra Unida (Òscar Navarro en Polinyà y Judith Capellino en Riola) y las victorias independientes (Toño Carratalá en Alberic, Amparo Giner en Benicull y Miguel Perucho en Cotes), todas ellas fueron por mayoría absoluta. Nada podía variar entre el 28-M y la toma de posesión de los alcaldes.

Sin embargo, en otros muchos ayuntamientos, las negociaciones han propiciado gobiernos en los que no figura, necesariamente, el partido más votado. De las 18 victorias populares, sólo 11 se consumaron con alcaldías. La decimosegunda sería la de Guadassuar, cuyo pleno no pudo constituirse al presentar el PP un contencioso electoral ante un error en una acta de sesión que le restaba 152 sufragios con respecto a la de escrutinio. Si no se produce ninguna sorpresa, el próximo mes, Vicent Estruch será investido alcalde. 

Algunos triunfos del PP se han convertido en pactos entre fuerzas progresistas o independientes. En Alfarb, el socialista Raúl Mínguez se hizo con el bastón de mando, que ostentará algo más de un año antes de cederlo a sus socios de Compromís. Los nacionalistas, por su parte, dirigirán el consistorio de Alzira. Alfons Domínguez recabó los votos de PSPV y UCIN para mandar al PP, partido más votado, a la oposición. Otra de las poblaciones que dio una victoria electoral a los populares fue Castelló, sin embargo, la socialista Horte Gómez ha sido investida nueva alcaldesa de Castelló con el respaldo de Compromís y EU. Algo similar a lo sucedido en Llombai, donde Compromís y PSPV han dado la alcaldía a Salvador Climent, a pesar de que el PP fue la opción con más apoyo en las urnas. O en Montroi y Montserrat, donde los partidos independientes han propiciado, con su voto o su abstención, alcaldías socialistas. La única victoria electoral del PSPV que no se ha traducido en alcaldía ha sido la de Turís, cuyo ayuntamiento gobernará el independiente Ismael Corell junto al PP.

Posición predominante

De ese modo, el PSPV conserva su posición predominante en la política municipal de la comarca en la nueva legislatura que comienza. Suyas son las alcaldías de: Albalat, Alcàntera, Alfarb, Almussafes, Antella, Beneixida, Benifaió, Benimuslem, Castelló, Cullera, Fortaleny, l’Alcúdia, la Pobla Llarga, l’Énova, Llaurí, Manuel, Montroi, Montserrat, Rafelguaraf, Real, Sant Joanet, Sellent, Senyera, Sueca, y Sumacàrcer. 

Por su parte, el PP sólo dirige doce ayuntamientos a pesar de que fue la opción más votada en 18 localidades. Los plenos de investidura le dieron las alcaldías de: Algemesí, Alginet, Benimodo, Carcaixent, Càrcer, Carlet, Catadau, Gavarda, Massalavés, Sollana y Tous. A estas se sumará, en unas semanas, Guadassuar.

Además, a las dos victorias en las urnas de Compromís en Corbera y Favara hay que añadir los pactos que propician también las de Alzira y Llombai, lo que amortigua ligeramente la pérdida de poder de los nacionalistas en la comarca.

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